ESTACIÓN LUCAS MONTEVERDE.
GEOMETRÍA DE TREN* Una línea recta es demasiado -digamos- infinita. Una línea de ferrocarril, por el contrario, se trunca y se olvida. Despertamos durante una ausencia cotidiana: sabemos de dónde venimos y hacia a dónde llegamos, pero el trayecto que une ambos extremos parece pertenecerle al vacío. En la vieja estación lo sabían e intentaron corregirlo: construyeron una representación del infinito y le llamaron “Lucas Monteverde”. Tan sólo se trata de una representación -dijeron- no es en verdad el infinito. La estación abrió con gran alegría. La gente hacía fila para comprar sus boletos, entraba al pequeño espacio que antecedía a la puerta del vagón del tren. Dentro, y tras localizar sus asientos, parados frente a ellos, se en...