CHAPOTEANDO EN EL BARRO, MASTICANDO CENIZA Y PISANDO LANGOSTAS...

*
La gente y las cosas funcionando en medio de, y con las lógicas que desata la precariedad.
Las casas de la gente de trabajo -los que no viven del plusvalor del trabajo ajeno- donde todo esta atado con alambre, o con mangueritas de goma y abrazaderas.
Las paredes descascaradas. Las puertas con orificios donde penetra la luz o el agua según correspondan.
Esa gente sale de su casa, tiene un tren cada hora y tendrá una cómoda ubicación si puede subir y viajar en los costados de la locomotora.
Para ellos, los que hacen de la precariedad de vivir un Himno, o un silencio al ir y volver entero en cada día, no habrá obras ni promesas.
Las inversiones irán a donde ya hay un presumible mercado. Nada de fomento.
Y desde ya, que las ideas de progreso no son para todos.
*de Urbano Powell. urbanopowell@yahoo.com.ar
(Reescribiendo noticias para Inventiva Social)
*
Jaime dijo que el tren bala busca subir el "nivel tecnológico" del país
El secretario de Transporte dijo que, por la magnitud de la obra, se tardará más de cuatro años en inaugurar el proyecto ferroviario
Viernes 18 de enero de 2008
Mientras se multiplican los problemas en la actual infraestructura ferroviaria, el secretario de Transporte, Ricardo Jaime, aseguró hoy que obras como la del tren bala significan "pensar en el futuro" y tienen como objetivo "subir el nivel tecnológico" del país.
"Cuando asumimos en 2003, lo hicimos en plena crisis emergencia ferroviaria.
Nos ha costado recuperarnos: no se compraba material ni se hacía absolutamente nada. Hubo cincuenta años de decadencia, en los que no se invirtió en nada. Esto es pensar en el futuro", señaló el funcionario
kirchnerista.
En declaraciones a la radio Global Station, consignadas por DyN, Jaime indicó: "Queremos recuperar esa parte que tuvo la Argentina respecto a otros países en Sudamérica, y ser referente en materia ferroviaria".
Respecto del proyecto del tren bala, explicó que "por la magnitud de la obra son más de cuatro años; son 700 kilómetros. Esperamos que para el bicentenario podamos ver la obra en plena ejecución".
En la historia. "En 1857, cuando se empezó a hablar de los ferrocarriles en la Argentina, seguramente muchos habrán pensado lo mismo que muchos piensan hoy. Nosotros creemos que tenemos que subir el nivel tecnológico de la Argentina", prosiguió.
El proyecto comprende el tendido de 780 kilómetros de vías, la construcción de estaciones, la electrificación, la fabricación del material rodante y el mantenimiento. Los trenes será realizados en las fábricas francesas de Alstom y su ensamble final en las instalaciones de la misma empresa en La
Plata.
El costo original de la obra es de 1350 millones de dólares, y se trabaja para conseguir su financiamiento en un 90% mediante un crédito de un grupo de bancos encabezados por el Banco Societé Genérale. El 10% restante sería un aporte directo del Estado argentino.
*Fuente: La Nación
http://www.lanacion.com.ar/economia/nota.asp?nota_id=979968&pid=3834216&toi=5829
CHAPOTEANDO EN EL BARRO, MASTICANDO CENIZA Y PISANDO LANGOSTAS...
Jueves, 17 de Enero de 2008
Un tren bala y muchas carretas*
El Gobierno adjudicó las obras para la construcción del tren de alta velocidad a Rosario y Córdoba. Los que se oponen.
Cristina Fernández en el acto de adjudicación en Casa Rosada.
Imagen: AFP
El sistema ferroviario argentino está en ruinas, pero la reconstrucción arranca a todo lujo. El Gobierno adjudicó ayer el tendido de un tren de alta velocidad que unirá Buenos Aires, Rosario y Córdoba en algo más de tres horas. Las obras serán realizadas por un consorcio empresario que encabeza la francesa Alstom, en un plazo cercano a los cuatro años a partir de ahora para el primer tramo -entre Retiro y la ciudad santafesina- y de un año más hasta completar el recorrido. Los trabajos iniciales fueron cotizados en 1320 millones de dólares a valores actuales, pero sumando intereses y actualizaciones se llegaría a 3000 millones. Este punto desató una fuerte controversia con la oposición, que cuestiona esos cálculos y asegura que el costo final rebasará por mucho esa última cifra.
"No se trata sólo de una obra pública con altísima tecnología: estamos dando un salto importante hacia una Argentina con una modernidad diferente",
ensalzó ayer Cristina Fernández en el acto de adjudicación. Estaban presentes los gobernadores de Córdoba, Juan Carlos Schiaretti, y de Santa Fe, Hermes Binner, ministros del gabinete nacional y el secretario de Transporte de Francia, Dominique Bussereau, quien viajó especialmente para respaldar a la empresa de su país.
El consorcio que ganó la licitación, también polémica por cómo se manejaron los plazos y las condiciones de presentación, al punto de que sólo quedó un oferente, se denomina Veloxia. Lo encabeza Alstom y lleva como socios a la española Isolux -ganadora de otra licitación en Yacyretá- y a las locales Iecsa -que Franco Macri le vendió a su sobrino Angelo Calcaterra- y Emepa.
Estas compañías estarán a cargo de la construcción de las vías, la electrificación, las obras de señalamiento y comunicaciones y la provisión del material rodante. Será el primer ferrocarril de alta velocidad de Argentina y de América latina.
Los trenes contarán con coches de doble piso y estarán divididos en dos categorías: premium y turista. Cada formación será de ocho vagones y podrá transportar entre 520 y 600 pasajeros sentados. Todos los coches contarán con aire acondicionado, luces individuales y luces reclinables. Según el proyecto de licitación, la obra constará de dos tramos, uno entre Buenos Aires y Rosario, donde se prevé una doble vía y velocidades de entre 250 y 300 kilómetros por hora, y el segundo a la ciudad de Córdoba. En este caso, el tren correrá sobre una vía sencilla a una marcha de 160 kilómetros por hora. El trayecto hasta Rosario demandará 90 minutos, y el recorrido completo, algo más de tres horas. Actualmente el viaje a Córdoba lleva 14 horas. El proyecto establece ocho frecuencias diarias.
El financiamiento de las obras será aportado por el banco francés Société Générale. El consorcio ganador se tuvo que encargar de conseguir quién adelantara el dinero. El banco hará un préstamo inicial al Estado de 1700 millones de dólares, a cancelar en 15 años, con siete de gracia. El Gobierno consignó en el presupuesto 2008 partidas por 11.627 millones de pesos para financiar las obras, distribuidos en varios años. El tren bala será pagado por el Estado nacional, aunque el servicio seguramente será concesionado a un operador privado.
Especialistas en materia ferroviaria cuestionaron que el Gobierno desembolse tanto dinero para este proyecto, cuando el resto de la red está en muy malas condiciones. "El sistema ferroviario está absolutamente destruido y con ese dinero se podrían reconstituir 8000 kilómetros de vías para que corran trenes a 120 kilómetros por hora", aseguró a Página/12 Elido Veschi, de la Asociación del Personal de Dirección de Ferrocarriles Argentinos y Puertos Nacionales. "Con ese dinero se podrían tener buenos trenes a Tucumán, Salta, Posadas, Rosario, Córdoba, Mendoza, Bariloche y Bahía Blanca", puntualizó.
Norberto Rosendo, presidente de la Comisión Nacional Salvemos al Tren, también cuestionó ante este diario la escala de prioridades del Gobierno y mencionó los problemas cotidianos en los trenes suburbanos. Pero también hizo hincapié en que la tarifa del tren bala será tan alta que finalmente el
Estado deberá pagar fuertes subsidios para sostener su funcionamiento. El Gobierno todavía no determinó el cuadro tarifario, pero se estima que los boletos tendrán un costo intermedio entre el pasaje en micro y lo que cuesta viajar en avión.
*Fuente: Página/12
http://www.pagina12.com.ar/diario/economia/2-97598-2008-01-17.html
Cocinero*
Mi padre era pésimo como cocinero. Al morir mi abuela, mi madre viajó a Buenos Aires y tuve que quedarme un mes a solas con él. Yo tendría seis o siete años, me encantaban las milanesas con puré, los guisos con choclo, los fideos y los panqueques con dulce de leche que hacía mi madre.
Mi pobre padre era una pesadilla como cocinero: se le quemaban los bifes, se le volcaba la leche y se le cortaba la mayonesa. No sabía pelar las cebollas ni medir la cantidad de aceite para freír las papas. En ese tiempo, en San Luis no había comidas congeladas ni sopa instantánea. De todas maneras no hubiéramos podido comprarlas porque no había plata para eso ni para ninguna otra cosa.
Un día se olvidó de pasar a buscar la barra de hielo para la heladera y las cosas que mi madre nos había dejado preparadas se arruinaron por completo. Entonces mi padre intentó preparar algo así como espinacas con salsa blanca. Mezclaba harina, leche, clara de huevo y cuanta cosa encontraba en la alacena, pero al final hubo que darles todo a las gallinas porque hasta el gato se negó a alimentarse de ese modo. Igual, mi padre, lejos de acobardarse, al día siguiente me anunció que iba a preparar un puchero a la valenciana, idéntico a los que hacía su abuela. Esa noche me pidió que le ayudara a pelar zanahorias y batatas y a lavar las verduras. De pronto le pareció recordar que su abuela le ponía manzanas al puchero y en cuanto el agua empezó a harvir, echó todo junto: osobuco, verduras cortadas, frutas de estación y hasta un pedazo de panceta ahumada que se había salvado en el fondo de la heladera.
Era una Westinghouse de los años cuarenta, bajita, que mi madre había cambiado por un cristalero que no le servía. Estaba destrozada pero él la llevó al galpon del fondo, donde tenía las herramientas, y la dejó como nueva. En ese tiempo, estaba estudiando la manera de construir con sus propias manos un equipo eléctrico igual a los que había en Estados Unidos, pero le faltaba capital para desarrollar su prototipo. Tenía un motor, que había sacado de un viejo martillo neumático, un compresor y hasta unas serpentinas de cobre, pero no lograba que el maldito pistón, en vez de despedir calor, fabricara frío. Según me explicaba había que producir un efecto de vacío en vaya a saber qué cámara para obtener el gas congelado. Sí, ¿pero qué gas? Porque el que usó la primera vez le provocó un desmayo tan profundo que tuvimos que llamar a unos vecinos y arrastrarlo fuera del taller. Más tarde probó con otro que le trajeron de Córdoba pero al ponerlo en marcha causó un estallido que arrancó el techo del galpón.
En esa época usábamos querosene en las estufas y la cocina. Para que la llama se avivara, mi padre se agachaba a darle bomba y después observaba con curiosidad el extraño universo que se estaba gestando en la olla de hierro. Era incapaz de hacer un huevo frito pero jamás lo hubiera admitido. Más aun: presumía de haber sido ayudante de cocina en el casino de oficiales del ejército en la época de Justo. Tiempo después supe que ni siquiera había hecho la conscripción, pero en aquellos días que pasamos a solas aprendí que son pocas las cosas que no pueden comerse con una pizca de sal y un hervor prolongado. No había manera de que las batatas le salieran a punto. Se deshacían en la cacerola o, si controlaba el tiempo de cocción, quedaban duras como piñas. A veces, al verme tragar en silencio, intentaba desdramatizar la situación y me hacía reír contándome las desventuras de Carlitos Chaplin en La quimera del oro. En la película, Carlitos hervía su zapatón de minero, empezaba a saborearlo por los cordones y terminaba chupando los clavos como si fueran huesos de pollo. En cambio, yo tenía ante mí algo que se parecía a un puchero y no conseguía entrarle por ninguna parte. Para ser ecuánime debo reconocer que los puerros mantenían su sabor y el osobuco se dejaba masticar sin dificultad. Lo demás era una sopa espesa y grumosa en la que las ínfulas gastronómicas de mi padre se diluían sin remedio.
Antes de ir a la cama yo escuchaba el radioteatro de suspenso que siempre ponía mi madre y él se sentaba frente al tablero a dibujar el prototipo de heladera que iba a cambiar la historia de la refrigeración nacional. De tanto en tanto me despertaba a hacer pis a la una o las dos de la mañana y por las hendijas de la persiana lo veía fumar sentado a la entrada del galpón. Creo que de joven se había equivocado de camino y buscaba la manera de sobrellevar el espanto de los años mayores. Cualquiera que haya sido la causa de la estampida, él tomó por la escalera de servicio y un buen día se encontró en el sótano, sin luces ni señales. Y ahí estaba todavía, llevándonos a cuestas por el desierto mientras Alberto Castillo cantaba siga, siga el baile y Perón decía que la Argentina había entrado en la era nuclear.
Cuando se fue al interior, mi padre dejó sus primeros treinta años enterrados en algún punto de la línea ferroviaria que va de Retiro a Tigre. Mejor dicho: entre Campana y el colegio Otto Krause. Nunca nadie me pudo dar noticia cierta de sus años mozos. Lo que él contaba en sobremesa era banal y sonaba a cierto, aunque estaba lleno de agujeros negros. Esa parte es la que más me interesa: los agujeros en su estratosfera previsible. Más que la caminata con el ataúd de Gardel, en el treinta y seis, lo que encontró en la caminata. ¿O ya estaba en la escalera de servicio, en el revés de las cosas? Entonces, ¿qué descubrió en ese revés? ¿Por qué nunca logró que el puchero le saliera a punto?
Puede que el azar le haya sido adverso y que tuviera necesidad de perderse, de alejarse de los lugares que solía frecuentar. No es que yo espere descubrir algo sorprendente: estas líneas que ahora escribo son fotos imaginarias, carnavales sin música, velorios sin muerto. Antonio Dal Masetto termina uno de sus magníficos relatos con una inquietante afirmación sobre la memoria: "Debemos aceptar, debemos conformarnos con la distancia y el misterio." Sí, pero queda el resplandor. El que Dal Masetto niño trata de atrapar en el pueblo de Salto y el de mi padre, que revuelve la olla con el pucho en los labios. Al fin y al cabo todo pasa y se repite en alguna parte: luces y sombras, mi padre que se mete en la escalera equivocada y yo que llego demasiado tarde para abrirle la puerta.
Bueno, ahí estoy todavía una noche del año cincuenta, masticando milanesas gruesas y achicharradas y una ensalada quemada por el vinagre. Por las mañanas, al escuchar el sonido del despertador, iba a su dormitorio a preguntarle si me dejaba pelear con él. Nos tirábamos en la cama y él fingía que yo le daba una paliza de aquéllas. ¡Qué placer! Ya habíamos olvidado el desastre culinario de la noche anterior, venía mi Toddy con pan y manteca, su café bien negro y la bicicleta que esperaba en el galpón. Siempre al salir nos cruzábamos con el vecino que sacaba su Buick del garage. no sé si lo envidiábamos. Mi padre decía que era un militar ganado por los peronistas y que al primer cañonazo iba a traicionar al General. Más tarde supe que así ocurrió, pero entre tanto, cada vez que podía, me escapaba a su casa para tomar chocolate con masitas y jugar con los autitos de carrera y los trencitos de sus tres hijos que iban al mismo colegio que yo.
Después, mi padre le puso una multa por derrochar agua en los tiempos de sequía y no pude ir más a su casa. no sé si esto pasó en los largos días en que mi madre estuvo ausente o si el orden de los sucesos fue otro. Recuerdo, sí, que la maestra me preguntó por qué de pronto había dejado de llevar el sandwich que todos los chicos comían en el recreo. No me animé a decirle la verdad. Buscaba en el bolsillo del guardapolvo, entre lápices y figuritas, y sacaba la moneda que mi padre me había dado con un beso, antes de irse a la oficina. Alcanzaba para unas masitas sueltas o para jugársela a cara o cruz. muchas veces la perdía y me quedaba lleno de remordimiento. A la noche mi padre me miraba serio y me preguntaba por qué no me servía un poco más del guiso que me había preparado. "Comí demasiado en el colegio", le contestaba yo, y ahí nomás apartaba el plato y lo desafiaba a pelear otra vez.
*de Osvaldo Soriano.
"Piratas, fantasmas y dinosaurios" Editorial Norma. Bs As. 1996.
Viernes, 18 de Enero de 2008
HIMNOSIS*
*Por Rodrigo Fresán
Desde Barcelona
UNO
El viernes de la semana pasada, los españoles se despertaron y se pusieron de pie y firmes con la noticia de que el himno nacional, por fin, tenía letra. Se acabó el "lalalá" de tantos años y ahora las grandes galas deportivas podrán contar con las voces de Alejandro Sanz o Isabel Pantoja cantando "¡Viva España! / Cantemos todos juntos / Con distinta voz / Y un solo corazón". No era la primera vez que se intentaba -ya hubo estrofas para esta partitura marcial en 1908 y en 1939-, pero parece que esta vez la cosa prosperará siempre y cuando el Congreso lo autorice y legitime. Vascos y catalanes ya se mostraron en contra porque consideran que los versos "ensalzan valores nacionales". Muchos lo consideran un tanto "rancio" y "muy políticamente correcto". Otros se muestran encantados de poder "decir algo" y Plácido Domingo lo estrenará oficialmente en unos días. Mientras tanto, y por ahora, el autor del asunto -y ganador entre 7 mil participantes del concurso convocado por el Comité Olímpico Español- está más que contento, y en la rueda de prensa se lo veía un tanto superado por el honor y los
flashes: el hombre se llama Paulino Cubero, manchego de 52 años, desempleado. Y, cuando le preguntaron cómo se definía, contestó sin dudarlo: "Soy un perdedor".
DOS
"¡Viva España! / Desde los verdes valles / Al inmenso mar / Un himno de hermandad", sigue la cosa mientras todo se agita y se calienta en este momento preelectoral. Aumentan los rumores de apocalipsis bursátil y recesión con lo que, se presume, habrá muchas plazas libres en los centros comerciales que recientemente crearon zonas "aparca-maridos" para entretener a esposos mientras las esposas hacen arder las tarjetas de crédito. Se apresura lentamente todo lo que se puede las obras del tren de alta
velocidad Madrid-Barcelona. España se pone a la cabeza del consumo de cocaína en Europa y, para sorpresa e indignación de sus habitantes, resulta que Miranda de Ebro es la segunda ciudad más veloz del mundo -Nueva York es la primera- a la hora de aspirar rayas blancas: 97 por cada mil personas al
día y esnifemos todos juntos con distinta nariz, pero un solo corazón. Se sacude el PP con la crisis abierta por la salida del alcalde de Madrid, Alberto Ruiz-Gallardón, en un sainete que cada vez se parece más a una versión conservadora de Los Soprano. Zapatero preside una un tanto desangelada reunión por eso de la Alianza de Civilizaciones. Y ETA cualquier día de éstos produce una noticia bomba. Mientras tanto, afuera, la salvación no parece residir en "experiencias religiosas" de las que tiempo atrás susurraba y gemía el ahora de capa caída Enrique Iglesias, pero que cualquier día de estos cantará emocionado el himno en alguna final de fútbol: el Papa más retrógradamente innovador de la Historia da misa de espaldas a los fieles en plan Miles Davis y el cientólogo Tom Cruise -de acuerdo con una flamante biografía- es alguien todavía más raro de lo que parece. Pero lo que a mí verdaderamente más me interesa es la noticia del retorno de El Solitario a la Patria.
TRES
¿Asaltó El Solitario algún banco de Miranda de Ebro? ¿Habrá vuelto a España desde Portugal, donde finalmente lo atraparon el pasado julio, esposado y cantando "Ama a la Patria / Pues sabe abrazar / Bajo su cielo azul / Pueblos en libertad"? Quién sabe... Lo que sí es seguro es que yo siempre había
querido escribir sobre El Solitario -alias Jaime Jiménez Arbe-, pero se fueron acumulando y arrugando los recortes, y pasó el tiempo y me prometí hacerlo cuando lo extraditaran, y aquí me tienen y aquí lo tienen: el hombre más buscado del país durante siete años, acusado de tres asesinatos y de más 30 asaltos, donde sumó unos 600 mil euros de botín. Siempre disfrazado con absurdas pelucas y bigotes, y con las manos cubiertas con cinta adhesiva para no dejar huellas (por qué no guantes descartables, me pregunto), y quien se preparaba para retirarse y casarse luego de un último golpe que no salió bien. Y ahí, sí, las fotos en comisaría con sonrisa de payasín y pulgar levantado, la exigencia à la Rambo de que se le diera "tratamiento militar" y la esperpéntica salida del juzgado donde primero pidió que cubrieran su rostro, y cuando un inspector le dijo que "el criminal más famoso de España" no podía mostrarse escondiéndose como un cobarde, reflexionó un "tenéis razón" y se presentó gritándoles a los periodistas: "Hola a todos. Soy El Solitario. ¡Salud, españoles!". Después, claro, las averiguaciones sobre su pasado: que había sido un niño inteligente y melómano, que en la adolescencia se volvió muy agresivo y "el malo de la clase", que "era listo y guapo, y hubiera podido ligar lo que hubiera querido", fue integrante del grupo musical Los Rocker (sic) y que acabó convirtiéndose en "un macarra violento con melena hasta la cintura" y que "empezó a ir en moto y a pegar con cadenas, muy La naranja mecánica". Y que ofrecía "heroína, chicas y porros y se hacía llamar El Ruso". Después se pierde su rastro -se lo avista en Inglaterra, Suecia-, hasta el día de su detención y la sorpresa de vecinos y familiares. Un hijo declaró que nunca le preguntaban a su padre en qué trabajaba para no ponerlo de mal humor. El mismo hijo que -cuando el periodista le preguntó qué pensaría si alguna vez se filma una película sobre su padre- comentó esperanzado y con un hilo de voz: "¿Te parece que me llamarán para protagonizarla?". Por estos días se emite un programa de televisión, ficcionalizando vida y obra de El
Solitario. Es un principio. Ya está aquí el hombre que, al ser interrogado por sus captores, dijo lo que, seguro, piensa más de un político: "No me gusta lo que hago, pero"...
CUATRO
Ahora, cualquier día de estos, comenzará el juicio a dos bandas (España/Portugal, que según el siempre ocurrente Saramago deberían ser una única nación, lo que obligaría a revisar la letra del himno) y me pregunto si El Solitario seguirá manteniendo el mismo desopilante abogado de hace unos meses. Ese que aseguró que su cliente no sólo no mató a nadie sino que, además, "trabaja por la liberación del pueblo español. Dice que atracaba bancos porque los bancos son los que atracan a las personas" y que "si se ha
visto obligado a disparar a agentes del orden ha sido siempre contra su voluntad y para eludir su detención". Todo un Robin Hood. Pero son detalles.
Y seguro que El Solitario, en la soledad de su celda, ahora escucha eso de "Gloria a los hijos / Que a la Historia dan / justicia y grandeza / Democracia y paz", e hipnotizado, himnotizado, piensa: "Joder, pero si me han dedicado la letra del himno nacional".
Y termino de escribir esto -noticia de último momento- y escucho que el presidente del Comité Olímpico Español ha decidido retirar la letra del himno y volver a dejarlo otra vez sin palabras, mudo. "Falta de consenso", parece. No veo por qué: la letra es breve y funcional y fácil de memorizar, y no dice gran cosa, salvo generalidades. Todo lo que tiene que ser la letra de un himno. No como la del nuestro, que -ya en versión resumida- es más espasmódica y larga y complicada que El señor de los anillos, y además
incurre en brotes de psicótica soberbia del tipo "los libres del mundo respondiendo al Gran Pueblo Argentino, salud" y todo eso. Pero se acabó.
Plácido Domingo no va a cantarlo. El Solitario dirá que es parte de una conjura en su contra. Y en alguna parte Paulino Cubero -que se enteró del no va más el día de su cumpleaños- pensará: "Yo se los dije: soy un perdedor".
Y el poeta Caballero Bonald declaró que, ya que estamos, mejor que le quiten hasta la música.
¡Salud, españoles!
Y otra vez "lalalá".
*Fuente: Página/12
http://www.pagina12.com.ar/diario/contratapa/13-97641-2008-01-18.html
Héroe*
*Por Antonio Dal Masetto.
Esta madrugada el bar es una pura lamentación.
Suspiros y quejas: "¿Se acabaron los héroes?", "¿Será posible que no exista un héroe nacional que nos tire una soga?". "Mucho me temo que estemos sonados: no nacen más héroes nacionales".
-Si tanto les preocupa el tema -interviene Tusitala-, les interesará saber que en cierta oportunidad estuve muy cerca del nacimiento de un héroe nacional.
Todos lo miramos con un brillito de esperanza en los ojos:
-Cuente, don Tusitala.
-Nadie ignora que soy un gran chef y que viajé mucho. Después de servir como cocinero jefe entre los antropófagos reflexivos, de penar en la ciudad de los culosucios y de aventurarme entre los mastines mordedores de talones, pasé una temporada cerca del Cabo de los Cuarenta Bramadores, contratado
para organizar un banquete con motivo del nacimiento del héroe nacional del lugar. En la plaza, bajo un árbol, con su gran panza y tejiendo escarpines, permanecía recostada la madre, en posición de parto, esperando. Un trovador cantaba las futuras aventuras del héroe. La banda de música estaba lista
para empezar a tocar el himno cuando asomara la cabeza. Le habían preparado la capa de piel de leopardo, la espada y el escudo. Apenas llegué me puse a preparar el fastuoso banquete. Elegí salmonetes a la gradoise, pollo frío a la vienesa, ensalada de lechuga y sorbetes de pina. Pasaron las horas, llegó la noche, pasó otro día y el héroe nacional no nacía. Varios notables se arrodillaron sobre una alfombra, frente a las piernas abiertas de la embarazada: "Señor héroe nacional, lo estamos esperando". Desde adentro una vocecita les contestó: "No pienso nacer hasta que no me reclame una tarea realmente importante. Todavía no llegó mi hora." Tuve que tirar toda la comida. Inmediatamente una terrible plaga se abatió sobre la región. Las langostas avanzaban desde el Este y no dejaban nada sin masticar. Todos
aseguraban que ahora sí el héroe nacional nacería y me puse a cocinar. Elegí quenefas de ave al estragón, tomates al estilo de Aviñón y melón helado. Mientras, trabajaba con entusiasmo vi a los notables arrodillados: "Señor héroe nacional, necesitamos que nazca, las langostas se están devorando hasta los cimientos de las casas".
Desde adentro la vocecita contestó: "Yo no soy un exterminador de insectos. Usen DDT. Una plaga de langostas es poca cosa para mí". Así que tampoco esta vez nació y de nuevo tuve que tirar la comida. Siguió una sequía y un incendio que no dejó nada en pie. No quedó ramita seca sin quemarse. Hasta
los palitos de la yerba mate ardieron. Opté por truchas con almendras, silla de cordero park hotel y malakoff helado al chocolate. "Señor héroe nacional -clamó la gente-, nos está haciendo falta ahora". "No soy bombero para andar apagando incendios -contestó la vocecita-. Vengan cuando tengan
una catástrofe en serio". Y otra vez tuve que tirar la comida. Después hubo una inundación como no se había visto nunca. La represa estaba por ceder y si esto ocurría todo quedaría bajo el agua. Los notables se arrodillaron sobre la alfombra y yo me puse a preparar un nuevo banquete. Me decidí por
cangrejos de río nadando, pato frío Montmorency y profiterolas al chocolate.
"No soy plomero para andar arreglando pérdidas -dijo la vocecita-. Aprovechen el agua, cultiven arroz, dediqúense a la pesca, críen nutrias. Cuántas veces les tengo que decir que vengan a verme cuando haya un problema que esté a mi altura". Y la comida fue a parar a la basura. Así que ya ven cómo son las cosas con los héroes nacionales. ¿En alguna oportunidad les expliqué cómo se prepara el pato frío Montmorency? ¿Eh?
-¿No podríamos suspender el pato para más tarde, don Tusitala? Ahora díganos con urgencia: ¿nació o no nació el héroe nacional?
-Qué sé yo. Me cansé de andar chapoteando en el barro, masticando ceniza y pisando langostas. Hice la valija, les deseé feliz natividad, que el chico salga sano y fuerte y que cuando crezca sea un héroe de bien, y me mandé mudar. Mi conclusión es ésta (y se la digo para que se dejen de joder con el héroe nacional): en los héroes nacionales no se puede confiar, si uno se queda esperándolos se le echa a perder la comida.
*Publicado en Página/12. (Año 1995)
Lunes, 14 de Enero de 2008
Universidad, ciencia y sociedad*
Por Norma Giarracca *
El lunes pasado Página/12 publicó una entrevista al titular del nuevo Ministerio de Ciencia y Tecnología, Lino Barañao. Sus declaraciones sobre las ciencias sociales generaron polémica: el sábado se publicó una respuesta de Atilio Boron y las siguientes líneas se añaden al debate.
El doctor Benjamín Frydman, que fue un importante miembro del sistema científico argentino e internacional, escribió un artículo donde argumentó que la ciencia es una actividad humana demasiado importante como para escapar al control de la sociedad; por eso, agregaba, debe llevarse a cabo en las universidades públicas. Cuando escribió esto lidiaba con la herencia que el Conicet de la última dictadura militar había dejado al grupo de científicos que desde 1984 intentó democratizarlo. El Conicet de la democracia se había convertido en querellante junto a la Fiscalía Nacional de Investigaciones Administrativas para denunciar las desviaciones de fondos a asociaciones y fundaciones integradas "por funcionarios del Conicet o personas allegados a ellos" que tramitaron y entregaron con fines de enriquecimiento personal cuantiosas sumas de dinero (Aportes para una Memoria, Conicet, 1988).
La dictadura militar consideró al espacio universitario demasiado "contaminado" por la sociedad, aun con toda la represión que le imprimió, y se propuso matar dos pájaros de un tiro: trasladar la mayoría de la actividad científica desde las universidades a los centros propios o asociados y habilitar grandes negocios para una camarilla. Este grupo además, estuvo fuertemente sospechado de participar en procesos de denuncias y represión de jóvenes científicos.
Durante mucho tiempo la pregunta que circuló entre los que seguimos y participamos en la reparación de estos hechos en la segunda mitad de los '80 fue ¿y los científicos que permanecieron en el país qué hicieron, por qué callaron? El documento del Conicet de 1988 que cité en el primer párrafo sostiene que fueron dos científicos los primeros en denunciar el fraude antes de finalizar la dictadura pero, dadas las condiciones jurídicas existentes, no prosperaron. Por otro lado, muchos otros mantuvieron verdaderos autoexilios y subsistieron como pudieron en sus laboratorios e institutos sin recibir fomento alguno. No obstante muchos científicos, sin ser socios de la estafa o de la represión, fueron simplemente complacientes.
Recibieron dinero para investigar y callaron. Cuando se indagan las razones de esta actitud a quienes conocen bien los mundos sociales de las "ciencias duras", las respuestas más frecuentes enfatizan la falta de interés por los temas públicos y políticos y, por otro lado, se señala el dinero, el subsidio -cualquiera sea la procedencia- como mecanismo capaz de acallar conciencias. En las ciencias sociales fue aún peor pues los grupos involucrados no sólo conocían muy bien lo que ocurría sino que fueron
ideólogos activos del proceso militar. El Conicet, después de 1989, dejó de ser querellante en estas causas pero muchos de aquellos institutos fraudulentos se habían cerrado y otros habían pasado a asociarse con las universidades públicas y cambiado el tipo de gestión. Así el espacio universitario fue nuevamente centro privilegiado de la generación de conocimiento científico. Las bajas dedicaciones de los profesores concursados o contratados y un importante avance de su privatización -vía convenios- condujeron a la compleja situación del presente universitario. No obstante, la universidad sigue siendo el lugar adecuado para producir ciencia por las misma razones que enunciaba Benjamin Frydman y porque debemos seguir batallando para que vuelva a constituir el espacio por excelencia de la libertad y autonomía científica y de los pensamientos críticos. En las universidades, por ejemplo, los jóvenes indagaron acerca del pasado y son frecuentes los homenajes a estudiantes, profesores e investigadores víctimas de la represión.
Es importante destacar que el conocimiento científico tiene que estar acompañado por la libertad y promoción del pensamiento social crítico, porque la actividad científica es social, está imbricada con relaciones sociales y de poder. Hoy que recibimos con beneplácito y simpatía la creación del Ministerio de Ciencia, es muy importante recordar las malas experiencias pasadas, que separaron la investigación de la universidad pública, y es impostergable que los miembros más responsables y conscientes del sistema científico argentino presten atención a los nuevos pensamientos sociales críticos. Sin la consideración de estas dos cuestiones resulta fácil perder el rumbo de una ciencia que contribuya al bienestar de las grandes mayorías y no se refugie en espacios autocentrados. Como dice el decano de la Facultad de Ciencias Sociales de la UBA, Federico Schuster, todo lo auspicioso del nuevo status que adquiere la ciencia con este ministerio puede desmoronarse si la nueva institución sustancializa los
términos ciencia, tecnología y desarrollo ya que la idea de que refieren a cosas buenas en sí mismas está fuertemente cuestionada.
Ultimamente pululan los ejemplos de difusión mediática de supuestos adelantos médicos o educativos brindados por la "tecnociencia", que terminan en simples y nefastos negocios, denunciados en voz más baja que los anuncios previos. Son bien conocidas las devastaciones al medio ambiente y a la gente
como consecuencias de la aplicación de nuevas tecnologías en la explotación de los recursos naturales (por ejemplo en la producción minera los millones de litros de agua dulce diaria que se restan a la reproducción de la vida).
Los peligros que acechan al sistema científico hoy, a diferencia de los '70, residen en esta articulación manifiesta entre ciencia (o "tecnociencia") y "mercado" (negocios). Algunos científicos sociales podemos acompañar proyectos y aportar nuestros conocimientos pero siempre -aunque molestemos- desde la producción de pensamiento que "incomoda", que cuestiona la relación "ciencia-negocios" y que desarma los mitos en los que se configura este modelo neoliberal para la reproducción de un orden profundamente injusto y desigual.
* Profesora de la Facultad de Ciencias Sociales (UBA) e investigadora del Instituto Gino Germani.
-Fuente: Página/12
http://www.pagina12.com.ar/diario/elpais/1-97444-2008-01-14.html
*
Queridas amigas, queridos amigos:
El domingo 20 de enero del 2008 presentaremos en la Radiofabrik Salzburg (107.5 FM), entre las 19:06 y las 20:00 horas (hora de Austria!), en nuestro programa bilingüe Poesía y Música Latinoamericana, música de los compositores peruanos Tomás de Torrejón y Velasco, Juan de Araujo y Baltasar Jaime Martínez Compañón y Bujanda. Las poesías que leeremos pertenecen a Marina Arango Valencia (Colombia) y la música de fondo será de Pedro Nel Martínez (Colombia).
¡Les deseamos una feliz audición!
ATENCIÓN: El programa Poesía y Música Latinoamericana se puede escuchar online en el sitio www.radiofabrik.at
(Link MP3 Live-Stream. Se requiere el programa Winamp, el cual se puede bajar gratis de internet)!!!! Tengan por favor en cuenta la diferencia horaria con Austria!!!!
REPETICIÓN: ¡La audición del programa Poesía y Música Latinoamericana se repite todos los jueves entre las 10:06 y las 11:00 horas (de Austria!), en la Radiofabrik de Salzburgo!
Cordial saludo!
YAGE, Verein für lat. Kunst, Wissenschaft und Kultur.
www.euroyage.com
Schießstattstr. 44 A-5020 Salzburg AUSTRIA
Tel. + Fax: 0043 662 825067
InventivaSocial
"Un invento argentino que se utiliza para escribir"
Plaza virtual de escritura
Para compartir escritos dirigirse a : inventivasocial(arroba)yahoo.com.ar
-por favor enviar en texto sin formato dentro del cuerpo del mail-
Editor responsable: Lic. Eduardo Francisco Coiro.
Blog: http://inventivasocial.blogspot.com/
Edición Mensual de Inventiva.
Para recibir mes a mes esta edición gratuita como boletín despachado por Yahoo, enviar un correo en blanco a: inventivaedicionmensual-subscribe@gruposyahoo.com.ar
INVENTREN
Un viaje por vías y estaciones abandonadas de Argentina.
Para viajar gratuitamente enviar un mail en blanco a: inventren-subscribe@gruposyahoo.com.ar
Inventiva Social publica colaboraciones bajo un principio de intercambio: la libertad de escribir y leer a cambio de la libertad de publicar o no cada escrito. los escritos recibidos no tienen fecha cierta de publicación, y se editan bajo ejes temáticos creados por el editor.
Las opiniones firmadas son responsabilidad de los autores y su publicación en Inventiva Social no implica refrendar dichos, datos ni juicios de valor emitidos.
La protección de los derechos de autor, o resguardo del copyrigt de cada obra queda a cargo de cada autor. Inventiva solo recopila y edita para su difusión las colaboraciones literarias que cada autor desea compartir.
Inventiva Social no puede asegurar la originalidad ni autoria de obras recibidas.
Respuesta a preguntas frecuentes
Que es Inventiva Social ?
Una publicación virtual editada con cooperación de escritores y lectores.
Cuales son sus contenidos ?
Inventiva Social relaciona en ediciones cotidianas contenidos literarios y noticias que se publican en los medios de comunicación.
Cuales son los ejes de la propuesta?
Proponer el intercambio sensible desde la literatura.
Sostener la difusión de ideas para pensar sin manipulación.
Es gratuito publicar ?
En inventiva social no se cobra ni se paga por escribir. La publicación de cada escrito es un intercambio de libertades entre el escritor y el editor, cada escritor envia los trabajos que desea compartir sin limitaciones de estilo ni formato.
Cómo se sostiene la actividad de Inventiva Social ?
Sus socios lectores remuneran con el pago de una cuota anual el tiempo de trabajo del editor.
Cómo ayudar a la tarea de Inventiva Social?
Difundiendo boca a boca (o mail a mail ) este espacio de cooperación y sus propuestas de escritura
Comments