LA DESPEDIDA
*Foto: al autor que corresponda. LA DESPEDIDA* *Dedicado a mi hermano Esteban, quien cumpliría 57 años. Llegué a la estación Elías Romero un miércoles con el tren de las 4 de la tarde. Me agradó verla entre altos árboles. Había sido una estación pequeña pero lujosa y elegante, y a pesar del tiempo, todavía se notaba su esplendor de antaño. Llegaba al pueblo, o más bien al caserío que se dispersaba por el paisaje rural, para acompañar a mi madre. Mi madre se moría. Eran los últimos días de esa enfermedad cruel, larga, que la había estado consumiendo desde hacía meses. Mi madre había decidido morir. Yo estaba segura de eso. Ella comentaba que tenía más afectos y conocidos “del otro lado” que en este mundo. Y los extrañaba. Cuando enviudó se había mudado a ésta, la casa de sus padres y allí siguió sola los últimos diez años. Había creado un mundo de recuerdos, poblado de personas que mucho tiempo atrás habían...