ES COMO UNA PIEDRA QUE SE CAE EN UN ESTANQUE...
Incertidumbre*
Miro indiferente como arde el verano.
Estancadas, sus sacerdotisas, lijan caracoles peregrinos para la cena.
Duele todo el cuerpo al oeste de febrero, comenzó a doler de improviso mientras mordía un durazno y escuchaba la música de La Misión.
Ahora lo poseo pulverizado en todo el cuerpo, sabe a duraznos y arde como incendio, el fuego no alcanza a estas letras ni a la música que continúa peregrinando sobre mis venas, para desembocar, vaya a saber, en cuál de todos mis paraísos perdidos.
En cuál estuario de papel.
*de Diana Poblet. soydian@yahoo.com.ar
ES COMO UNA PIEDRA QUE SE CAE EN UN ESTANQUE...
*
sos distinta
soy distinto
prevalece en vos la mirada en mí
tu boca hace mi camino
tu abrazo calma mi calma
en mí no es polvaderal
ni mala sal
o mentira del barro
entonces
como si estuviéramos viendo el horizonte
abrazando estrellas
incomodamos nuestros orígenes
y despertamos en la palabra.
*de Ricardo Mastrizzo.
NOTICIA*
El Cuerpo de Policía y el Cuerpo General de Bomberos han iniciado una serie de reuniones con el fin de coordinar servicios y operativa. Ambas instituciones han recomendado que sus representantes sean gays con el fin de que haya una mejor integración entre los cuerpos.
*de Joan Mateu joan@cimat.es
Tardecita*
Profundo escarabajo
De esmalte turquesa
Eslabón del silencioso
Cielo que hace flotar
Las naves en el soleado río
Más allá de las nubes
Las estampas de pinturas
De la naturaleza
La inmensidad del aire
Respira en armonía
En las hortensias rosadas
Y violáceas
El abanico de un picaflor
Retumba en los mansos pétalos
De la tardecita.-
*de Azul. azulaki@hotmail.com
Martes, 9 de Diciembre de 2008
LITERATURA JUAN JOSE MANAUTA, EL ARTE DE ESCRIBIR Y SUS CONVICCIONES
"Yo aprendí todo sobre el marxismo leyendo a Gorki"*
"No sé si he dado por terminada mi profesión de escritor, pero no estoy escribiendo ahora", admite el autor de Las tierras blancas y Los degolladores, que revisa el modo en que el contexto de su infancia terminó influyendo en su escritura.
*Por Silvina Friera
El hombre que se asoma por el living de su casa en mangas de camisa es tan alto y fornido que, cuando invita a pasar a su escritorio, da la impresión de que su cabeza golpeará contra el marco de la puerta. Aunque es mediodía y todavía no almorzó, sobre el escritorio hay una copa de vino blanco por la
mitad. ¿Será el alcohol la fórmula secreta que lo mantiene tan aceitado física y mentalmente? "Menos mal que usted fuma", dice Juan José Manauta con ese gesto cómplice de quien no está dispuesto a aceptar una entrevista en su casa sin poder cumplir con el ritual de encender de tanto en tanto un
cigarrillo. Mientras se acomoda en su silla, el sol ilumina la frente dilatada del escritor y en el fondo de sus ojos brilla el niño que fue, ese gigante travieso que en Gualeguay, donde nació en 1919, jugaba al fútbol con "los descalzos" de los rancheríos. De pronto el atado desaparece entre sus manos anchas, y no es un truco de prestidigitador. Todo lo que toca este gran narrador invisibilizado por el mercado se desvanece ante la desmesura de sus dedos. Excepto las teclas de la vieja máquina de escribir, su
compañera Remington -aunque suene muy peronista- con la que escribió Las tierras blancas, novela publicada en 1956 que acaba de reeditarse en la colección Los Recobrados, que dirige Abelardo Castillo. "No sé si he dado por terminada mi profesión de escritor, pero no estoy escribiendo ahora. Me
rondan por la cabeza muchos asuntos que todavía no he trasladado al papel, pero no está excluido que vuelva a escribir", señala el escritor de voz cavernosa a Página/12.
Entre cigarrillos y lo que le queda del vino blanco, Manauta transitará el camino previo y posterior a la escritura de Las tierras blancas, considerada su obra capital, en la que refleja el drama del éxodo de los campesinos entrerrianos y cómo padecen el desarraigo de sus tierras, corridos por el latifundio y la miseria. Estructurada a partir del contrapunto entre Odiseo, el hijo, y su madre, durante un domingo de elecciones en esas tierras blancas, la novela es una "radiografía" del hambre que padecen esos seres
desamparados que a veces sólo toman mate. "Y yo, que miraba a Odiseo, dejé de mirarlo -dice la madre-, porque el hambre que sentía me obligaba, me ha obligado siempre que la padezco, a mirar hacia donde se habla de comer." Una frase de esta novela, filmada por Hugo del Carril en 1959, se ha transformado en cita obligada de la novelística argentina: "...Y otra vez el hambre. Otra vez el hambre, y es como decir: otra vez mañana, el atardecer, el mediodía".
En 1952 el escritor publicó Los aventados, novela que mereció una crítica "severísima" de Bernardo Verbitsky en Noticias Gráficas. "Me encontré con don Bernardo y le dije: 'Vea usted, me dio con un caño, pero me parece que es justo, que usted tiene razón'", cuenta Manauta. "El me criticaba el
esquematismo, el no haber cuidado el lenguaje, el hecho de haberme dejado llevar por la anécdota, que era tremenda, los campesinos desalojados de su tierra que arribaban a la ciudad y se encontraban con los problemas de la década del 50, dos familias en una misma pieza. Yo no atendí mucho al estilo, al cuidado del lenguaje. Esa crítica, aunque me dolió, me sirvió mucho para escribir Las tierras blancas, que está mucho mejor escrita, cuidada en su lenguaje y con una anécdota no menos dramática o relevante.
Cada vez que apretaba una tecla, me acordaba de Verbitsky. Me llevó escribirla sus buenos dos años. Y salió lo que salió."
-¿Cómo le fue dando forma a ese contrapunto entre Odiseo y la madre?
-Es una reminiscencia de John Dos Passos, en sus novelas hay esos contrapuntos. Yo había leído la trilogía de Dos Passos El gran dinero, 1919 y Paralelo 42, y traté de adoptar esa forma en mi novela. Por otro lado, siempre he tratado de exigirme la unidad de tiempo y de lugar, aunque no soy autor teatral. Pero prefiero que la cosa se desarrolle en un día, en un lugar, y que el asunto tenga coherencia. Tenía que seguir el itinerario del chico, Odiseo, desde la mañana hasta la noche, cuando llega a la casa
muerto. Ese día está engarzado con los recuerdos de su madre del pasado, el entorno, el marido. Ellos llegaron a ese lugar un domingo en que había elecciones y la novela de Odiseo y la madre también se desarrolla en un domingo electoral.
-¿Los personajes están inspirados en personas que usted conoció?
-Sí, sobre todo los chicos. Nací en una escuela; mi madre era directora de una escuela "infantil suburbana", así se llamaba, en Entre Ríos. Eran escuelas de alfabetización. Todos los días tenía en mi casa treinta o cuarenta chicos a la mañana y otro tanto a la tarde con los cuales convivía.
Eran chicos de las tierras blancas, del suburbio, a los que había que darles de comer. Esto no es de ahora, viene de lejos, había que darles de comer, guardapolvos y zapatillas, porque si no no iban a la escuela. En Entre Ríos se cumplía con rigidez la obligatoriedad de la enseñanza primaria, laica,
gratuita y obligatoria. Mi madre, que era directora de esa escuela, tenía una jurisdicción. Antes de que comenzara el año lectivo, se hacía un censo con los chicos en edad escolar. Desde que aprendí a caminar la acompañaba a mamá con una o dos maestras de la escuela para hacer el censo. Se censaba a los chicos del lugar y esos chicos tenían que ir sí o sí a la escuela. Era obligatorio, y mi mamá era muy enérgica con eso.
-¿Por qué cree que cuesta tanto abordar literariamente la pobreza?
-Gorki escribió sobre la pobreza y fue un gran maestro para mí. Un tío mío que era anarquista pronunció el nombre de Máximo Gorki y a mí me gustó la musicalidad, me pareció un verso latino. Fui a la biblioteca de Gualeguay y pregunté si había algún libro de Gorki. Y me trajeron La madre, que fue el
primer libro que leí en serio. Tendría tal vez quince años. Cuando terminé de leer la novela dije: "Yo quiero escribir como este tipo". Fue por Gorki que le perdí el miedo a la pobreza. Además yo vivía entre pobres. Los chicos que venían a la escuela eran todos pobres, algunos indigentes. A lo mejor si
hubiera vivido en otro barrio, si hubiera tenido otra condición social, le hubiera temido a la pobreza. Los chicos que vivíamos en el pueblo íbamos a jugar al fútbol con los chicos que vivían en ese rancherío de las tierras blancas. Ellos jugaban descalzos; nosotros teníamos zapatos de fútbol, medias, equipos. Muchas veces nos ganaban jugando descalzos. Recuerdo a uno de ellos, en algún cuento lo nombro, que era tan pobre que no tenía ni nombre. Se llamaba "el hijo de Juana", ¡yo nunca supe cómo se llamaba! De modo que he convivido con la pobreza, he estado metido en la pobreza, aunque mi familia no era pobre.
-¿Fue deliberado que la prosa de su novela fuera tan poética?
-Sí, la prosa, a mi entender, tiene que ser obligatoriamente poética. No puede ser una prosa chata, sin relieve, aunque tampoco hay que pasarse de rosca (risas).
-¿Cómo fue que un peronista como Hugo del Carril filmó la novela de un escritor comunista?
-Hugo del Carril era un peronista de izquierda, un hombre muy cercano al marxismo. El era del mejor peronismo, del peronismo proletario, de la clase baja. No nos llevábamos mal, no nos peleábamos. Era un hombre muy lúcido... y era peronista hasta por ahí nomás (sacude sus manazas), porque el peronismo no lo trató muy bien, incluso hasta estuvo preso.
-¿Le gustó cómo quedó la película?
-No, no me gustó. La adaptación la hizo Eduardo Borrás, el libretista de Hugo. Yo hice algunas objeciones porque la relación de la madre con el hijo estaba desvirtuada, no está reflejada en la película. El personaje de la madre en la película es casi inexistente, y en cambio tiene relevancia el
personaje del padre, que en la novela no aparece. Hugo tomó la parte social, el problema político y social, pero no el psicológico.
-A 52 años de la publicación de la novela, ¿qué lugar ocupa dentro de su obra?
-Soy mejor cuentista que novelista. Después de Las tierras blancas publiqué cinco libros de cuentos y ninguna novela más como la gente. Otras, como Papá José, no me gustan, en fin... Mayo del '69 es una novela urbana, todavía la respaldo y está por reeditarse por una modesta editorial, La Grieta, de La
Plata. Aunque no es una crónica sobre el Cordobazo, se inserta una crónica del Cordobazo dentro de la historia novelesca, o la historia novelesca se inserta en el momento del Cordobazo. Pero después me incliné hacia el cuento.
-¿Por qué se siente más cuentista? ¿Qué encuentra en el género?
-Porque se termina más rápido (risas). En el cuento todo tiene que girar alrededor de un punto. El cuento es como una piedra que se cae en un estanque y hace círculos concéntricos; todo lo que se desarrolla está referido al impacto. Y eso me atrajo más.
Aunque su voz suene ronca, producto de la mixtura del cigarrillo y el alcohol, nunca tose. Pero a veces carraspea, como si intentara sacarse algún recuerdo que le quedó atravesado en la garganta. Después de recibirse de maestro normal en la Escuela Normal de Gualeguay, en 1938 Manauta llegó a La Plata para estudiar la carrera de Letras. "Juan L. intervino a favor mío y le dijo a mi padre: 'Déjelo ir que es la mejor facultad del mundo'. Mi viejo y mi vieja no querían, '¿cómo se va a ganar la vida este chico?', decían. A Juan L. debo agradecerle su influencia para que mis padres me permitieran ir a La Plata a estudiar humanidades."
-¿Qué otras anécdotas recuerda con Juan L.?
-Juan L. se pagó sus primeras ediciones. Con una bicicleta vendía los libros para poder financiarlos porque no había editorial que se los publicara. En el almacén de mi viejo siempre había un montoncito de libros de Juan L. La gente iba a comprar yerba, azúcar, harina, y mi padre les ofrecía los libros de "un gran poeta". "¿Quién? ¿El loco ese que anda en la bicicleta?", le preguntaban a mi padre. Sí, ése (risas). Juan L. juntaba gatitos abandonados en los zanjones y buscaba quién los adoptara. Y de paso vendía sus libros.
-¿En la universidad se hizo marxista?
-No, me hice marxista después de leer La madre, antes de afiliarme al partido y de militar. Yo era un marxista ingenuo porque había aprendido el marxismo no leyendo El capital sino la novela de Gorki. En La Plata me afilié a la Federación Juvenil Comunista, y de adulto al partido. En La Plata me vinculé con los muchachos comunistas de la Fede y comencé a militar en unas instituciones que se llamaban "transformadas".
-¿Por qué se alejó del PC?
-Como muchos otros, me fui alejando del PC en los '60. El partido se había convertido en una federación de tontos, de sectarios que adherían incondicionalmente a la Unión Soviética, que fue una falsificación, una negación del marxismo. El partido se había transformado en una especie de secta, de mafia. Muchos de nosotros no podíamos romper con el marxismo porque éramos marxistas por convicción. Pero nos dimos cuenta de que el Partido Comunista no era marxista, era una falsificación del marxismo. Nos
sentimos mal, muy mal, nos quedamos sin partido, aunque el partido existía y tenía su local. Nos quedamos en el aire. Fue una experiencia fea que nunca me animé a encarar literariamente porque convertirme en un apóstata no me atraía... Además uno escribe mejor con el recuerdo que con la confrontación inmediata de las cosas. Yo creo que el recuerdo mejora las cosas.
-¿Cómo vivió el peronismo del '46 al '55?
-Pude convivir con el peronismo tranquilamente. Sabía entenderme con ellos.
El fenómeno peronista era un fenómeno popular, populista. También la revolución rusa tuvo sus populistas; había un movimiento populista que no era específicamente el comunista. He vivido en armonía con los amigos peronistas.
Se queda unos segundos callado, se lleva la mano izquierda a la frente, se la golpea tres veces, molesto por olvidarse los nombres de los "amigos peronistas" con los que vivió en armonía. "La memoria me juega una mala pasada ahora", se disculpa el escritor, que trabajó en una imprenta, en un aserradero, fue corrector de pruebas y periodista en el diario La hora, del PC. "Siempre escribí en los días de descanso, los sábados y domingos, o en las vacaciones, porque en la semana tenía que trabajar. Yo fui escritor de
sábado y domingo obligatoriamente, no había otra posibilidad. Nunca gané nada con la literatura, ni siquiera con la película; recibí algunos mangos por los derechos, pero por derechos de autor, miserias. Nadie vive de los derechos de autor, salvo los best seller como Paulo Coelho", subraya Manauta. Tiene un libro de poemas inédito, Entre dos ríos, una descripción poética de la provincia, que publicará cuando alguien quiera o cuando pueda pagarse la edición. "Una edición de poesía pagaría, pero por cuentos y
novelas no", aclara el escritor, que el próximo domingo cumplirá 89 años.
"Voy a hacer un gran baile y la voy a invitar", promete Manauta.
-¿Cuál es el secreto para estar tan bien?
-Fumar un atado y medio de cigarrillos por día, tomar dos botellas de vino, una al mediodía, otra durante la cena, y trasnochar. Nunca me acuesto antes de las 3 de la mañana. Llevo una vida muy sana (risas). Los mendocinos me deberían dar un subsidio (más risas). No me avergüenza beber, pero no soy un borracho. Soy de esos tipos que cuando se enferman, se mueren. Así que espero no enfermarme pronto, aunque haber vivido 88 años es un abuso de vida.
La ficha
Juan José Manauta nació en Gualeguay, en la provincia de Entre Ríos, el 14 de diciembre de 1919. Profesor en Letras egresado de la Universidad de La Plata, nunca ejerció la docencia como profesión académica. Es autor de las novelas Los aventados, Las tierras blancas, Papá José y Mayo del '69; de los
libros de relatos Cuentos para la Dueña Dolorida, Los degolladores, Disparos en la calle, Colina de octubre y El llevador de almas y otros cuentos; del libro de poesía La mujer en silencio; y el guión de cine Río abajo. Recibió el Premio del Fondo Nacional de las Artes (1961), el Premio Municipal de la
Ciudad de Buenos Aires (1985) y el premio Fray Mocho.
Suprimir la explotación
¿Qué significa ser marxista hoy después de todas las "falsificaciones" que vivió el marxismo en este siglo?
-Ser marxista hoy es creer en la justicia, en la igualdad, en la fraternidad. Creo que el marxismo de Marx, valga la redundancia, es una continuidad de la Revolución Francesa. Sería la realización de los ideales de la Revolución Francesa, aunque en apariencia a veces eso se niegue. El marxismo hoy sería la forma más humana de convivir, suprimiendo la explotación del hombre por el hombre. En tanto y en cuanto el hombre explote al hombre, el marxismo tendrá vigencia. Y luego la tendrá en la sociedad sin
clases del futuro, en la que no habrá explotación. Pero quizá ya no viva para verlo.
*Fuente: Página/12
http://www.pagina12.com.ar/diario/suplementos/espectaculos/4-12238-2008-12-09.html
*
Sólo el poeta
puede ver huella esperanzada
y sustantivos en el verbo
es alma que denuncia ama y declama
en la ardua misión
de pintar
dolor y labor en la mirada.
*De Ana analia_gattasz@speedy.com.ar
La Plata: impulsan la creación de un tren para estudiantes universitarios*
El proyecto contempla que la formación conecte la estación ferroviaria con varias sedes
*Por Pablo Morosi
Corresponsal de LA NACION en La Plata
LA PLATA.- La Universidad Nacional de La Plata (UNLP) y la Municipalidad local impulsan un proyecto para crear un tren que una la estación ferroviaria local con las sedes de varias facultades y que sirva, en principio, para movilizar a más de 40 mil estudiantes universitarios.
El primer gran impulso a la iniciativa se concretará hoy, con la firma de un convenio enre el presidente de la UNLP, Gustavo Aspiazu; el intendente, Pablo Bruera; y el titular de la Comisión Nacional de Regulación del Transporte (CNRT), Eduardo Sícaro.
El denominado "tren del bosque", será un transporte de baja velocidad, de dimensiones similares a las de un ómnibus urbano, con capacidad para unos 60 y 80 pasajeros y autopropulsado con un motor diesel. Será compatible con el tránsito urbano y que en su recorrido tendrá paradas en, al menos, cuatro
facultades ubicadas en la zona del bosque platense explicó el prosecretario de Extensión de la UNLP, Diego Delucchi según quien, la idea apunta a "fortalecer las políticas de bienestar estudiantil y atender las crecientes demandas de movilidad de estudiantes universitarios". Delucchi aclaró que si bien por las características del recorrido se habla de un tren universitario, el transporte también podrá ser utilizado por el resto de la comunidad.
En tal sentido, la intendencia se propone usar la experiencia como una prueba piloto y luego extenderla hacia otras zonas de la periferia de la ciudad, según comentó a La Nacion.com el secretario de Gobierno del municipio platense, Daniel Navas que adelantó que también se intenta sumar al plan al Ministerio de Infraestructura, Vivienda y Servicios Públicos de la provincia.
El convenio que se firmará hoy permitirá la realización de estudios técnicos, urbanísticos y de demanda, además de un relevamiento del estado del tendido y de la forma de administración del proyecto.
En forma paralela, la Facultad de Ingeniería trabaja en el diseño de un vehículo ecológico impulsado a electricidad con la intención de que sea el prototipo a utilizar en forma definitiva.
Según explicó Navas existen estudios previos que reconocen la viabilidad para instalar un sistema ferroviario liviano urbano, aprovechando el tendido de vías en desuso existente en la zona. El proyecto originado en la UNLP prevé un recorrido de 4,5 kilómetros desde la Estación de trenes de 1 y 44
hasta el Policlínico San Martín, en calle 1 y 72. Cubrir el trayecto, que abarca el área de influencia de nueve facultades y un laboratorio de investigaciones, demandará unos 30 minutos.
Se estima que el tren tendrá un impacto en el desarrollo del turismo recreativo, cultural y científico en la zona y servirá para revalorizar el Paseo de Bosque, ya que permitirá acceder al Museo de Ciencias Naturales, el observatorio astronómico y al zoológico local.
En cuanto a los costos del emprendimiento, los funcionarios pretenden minimizarlo lo máximo posible ya que aspiran a conseguir material rodante en desuso que podría ser provisto por el Gobierno Nacional, según confiaron fuentes de la comuna. También se debe conseguir la autorización de la secretaría de Transporte de la Nación para la utilización de la vía.
No obstante, desde la UNLP son optimistas y aseguran que el tren del bosque estará rodando durante 2009.
*Fuente: La Nación.
http://www.lanacion.com.ar/nota.asp?nota_id=1079592&pid=5508069&toi=6269
*
"El amor es un tren que parte, un pañuelo saludando desde el andén, una lágrima que rueda buscando asirse al recuerdo, imborrable y eterno".
¿Dónde había leído aquella frase? ¿A quién se la había escuchado decir? ¿La habría imaginado? ¿Estaría escribiendo en el aire? ¿Cuántas cosas puede uno llegar a inventar cuando lo domina el dolor, cuando la única vía de escape hacia alguna de las formas del placer es la propia imaginación?
Quizá, lo sea también un vagón de tren, una locomotora desbocada, un par de rieles que se pierden en el horizonte.
Subió los peldaños del vagón con el peso de su propio desamor sobre los hombros. Se sentía vacío, como si le faltara algo dentro del pecho, eso que hasta no hace mucho le otorgaba consistencia a su propia persona. Y al mismo tiempo, estaba desbordante de recuerdos. Extraña sensación la de la pérdida, pensó: te llena la cabeza de virtualidades, al tiempo que te vacía de materialidades…
Eludió a los pasajeros que se demoraban en el descanso, fumándose un pucho en un lugar prohibido, para encarar el pasillo y deambular apenas hasta encontrar un asiento vacío donde apoltronarse. Se recostó contra la ventanilla cerrada, cerrándose aún más el abrigo sobre el pecho, como si el frío interior le brotara por los poros, estremeciéndole con un escalofrío.
Un silbato se oyó en la tarde, el suelo del vagón crujió bajo sus pies, y la formación comenzó a moverse, como se movían las hojas de los árboles que circundaban el andén, retrocediendo dentro de su campo visual. Oyó el retumbar de la locomotora dándose ánimos para continuar viaje, y se abandonó a sus –cíclicos- erráticos pensamientos.
¿Cómo seguir viaje desde ahora? El asiento que quedara vacío a su lado era algo mucho más concreto que cualquier símbolo que pudiese representar su actual estado de ánimo. Vacío de materialidades, vacío de cuerpos, vacío de afectos, vacío… Eterno y creciente dolor.
De pronto, descubrió que ya no recordaba ni su rostro. Sentía la ausencia de su figura, su perfume, su calor. Pero no podía recordar sus facciones. Su cabello, quizás, oscuro y lacio; más no sus rasgos. ¿Cómo era posible? ¿Estaría acaso comenzando a olvidarla? Lo dudaba; si así lo fuera, no sentiría este frío que le ascendía por el cuerpo como gélidas rachas de viento invernal. No: aún la recordaba, intensamente; este olvido sólo era otro ejemplo más de la constante presencia de su ausencia.
Clara… Su nombre apareció en su memoria como un oasis en el desierto. Nombrarla, musitar ese familiar par de sílabas con un silencioso murmullo, no le hizo recordar aquel rostro que tantas veces contemplara extasiado, pero le abrió una puerta. Allí, hecho un ovillo contra la ventanilla del vagón, se abrió delante suyo un acceso hasta entonces velado por el dolor. Ingresó de pronto en un pasadizo mental que velozmente lo condujo hacia terrenos inaccesibles para él durante mucho tiempo; terrenos anímicos que le parecían demasiado extraños, como si le perteneciesen a otra persona.
El paisaje se desplazaba hacia atrás, oscilando con el rítmico vaivén del tren; y por encima de él, emergiendo con una misteriosa luminosidad, apareció ella. Clara, recortada contra el marco de la ventanilla, como un tierno fantasma que quisiese penetrar en el vagón y sentarse a su lado, haciéndole compañía en este sombrío momento. Clara, extendiendo sus manos con ramalazos de un calor pleno de ternura, deseosa de ahuyentar para siempre esta devastadora languidez que le enturbiaba los afectos.
Su rostro se acercó al suyo, y aunque percibía el aroma de su piel, aún no conseguía discernir sus rasgos. Podría ser ella, u otra cualquiera. Pero era Clara, no había ninguna duda. Su corazón se lo afirmaba, más que su razón. ¿Razón? ¿Existía alguna clase de racionalidad en este momento dentro suyo? Su mano derecha se aferró aún más a las solapas del abrigo, queriendo asirla, retenerla, abrazarla…
El calor se extendió por debajo de sus axilas, rodeando su cuerpo, mientras una boca respiraba ansiosa sobre su cuello. La calidez se desplazó hasta rodear sus muslos, mientras una leve pero creciente excitación comenzaba a dominarlo. El frío que sintiera hasta entonces parecía haberse extinguido. Clara volvía a abrazarlo, a quererlo, a darle más de su calor…
Entreabrió la boca, buscando robarle un beso. Sus labios se encontraron con cierta torpeza, intercambiando sabrosas humedades que ya parecían no recordarse. Su mano quiso desplazarse, pero sólo consiguió aferrar apenas el hombro izquierdo, entrecerrando los párpados, mientras un brazo virtual, luminoso y protector, se desplazaba sobre la brillante piel de la espalda de Clara, y su boca se deshacía del encuentro labial para recorrerle un hombro, inhalando ese perfume que tanto deseara y lo embriagara durante días, semanas, meses…
Entonces descubrió, apenas registrando el escaso contacto que tenía con la realidad que lo circundaba, que el duro asiento del vagón había dado lugar a un mullido sillón de pana, iluminado por una tibia lámpara de pie, que le recordaba una agradable y soleada tarde de otoño. Clara se movía sobre sus muslos, sin dejar de adherirse contra su cuerpo, con una indescriptible desnudez. Los besos recorrían infinitas distancias, procedentes de un ayer tan maleable que muy pronto se convertía en este presente, reactualizado, vívido, inmortal…
Los brazos de él la aferraron vigorosos, rodeándole la espalda y la cintura, impidiendo que se aleje, provocando que ambas caderas se refregaran entre sí, aumentando el imaginable caudal de excitación. Clara gemía sobre su oído, suspiraba entrecortada, le mordisqueaba el lóbulo de la oreja, al desplazar sus tibias manos por encima de sus tetillas, rozándolas apenas con sus pezones al izarse y dejarse caer, volviendo a besarlo, hundiéndole la lengua, cerrando ambas piernas para apretarlo cada vez más.
La excitación de él cobraba vigor muy rápidamente, como hacía mucho tiempo no experimentaba. El frío lo había abandonado. Volvía a sentirse amado, deseado, efecto que retribuía con ardor, mientras el traqueteo del tren lo mecía a un lado y al otro, potenciando el vaivén amoroso que le imprimía Clara con sus ondulantes arqueos, sinuosos movimientos que alejaban de sí toda realidad.
Hasta que ya no pudo resistirse más y se dejó ir, liberando sus recuerdos, abriendo los brazos para recibirla y entregarle su savia, permitiendo un encuentro tantas veces negado, compartiendo ese calor inenarrable que siempre deseara retener junto a su corazón. Y así la recordó, sus rasgos afilados, los ojos claros, una nariz recta que prevalecía sobre unos labios pequeños pero carnosos, las cejas oscuras y tupidas, la tensa expresión orgásmica de un intenso amor que por siempre existiría dentro suyo…
Recordó la liviandad con que encaraba la vida al estar junto a ella, la etérea sensación de volar sobre las calles y las playas durante los extensos paseos que disfrutaran juntos, la trascendencia de cada detalle hecho signo, el calor que le transmitiera su mirada durante tanto tiempo, la consistencia de un vínculo que le otorgaba solidez e impedía que se desmembrara en su propia confusión. Comprendió el estatuto que había adquirido el peso de la propia angustia al estar alejado de ella, el horror que experimentara cada noche que se acostara a solas en una cama absurdamente vacía, con la noche por delante y el sueño resistente a abrazarlo, para conducirlo dentro de ese mágico espacio que creaba cada noche para reencontrarlo con su deseo. Supo que, al convertirse el amor en algo tan leve y el desamor en algo tan pesado, aquello podía conducirlo a una locura tan adherente que jamás conseguiría apartarse de ella, al menos mientras viviera, cargando con aquel dolor hasta el final de sus días. Y el calor que recordara sobre este preciso vagón de tren sólo sería un vano espejismo de los momentos idos, insustancial y evanescente.
Se resistió a recordar más, a enfrentarse con el dolor, a tolerar la realidad. La creciente sensación cobró una entidad casi física a lo largo de todo su cuerpo. Entonces se dejó ir, llevado en brazos por un orgasmo de raíces tanto físicas como mentales, arropado por una tibieza solar que provenía de sus profundidades anímicas más entrañables, abrazando a su propia Clara en un instante amoroso que él hubiera deseado no se acabase nunca…
Así, mientras continuaba alejándose del dolor de la ausencia, se dejó llevar por el traqueteo hasta la próxima estación, rogando porque siempre existiese una estación más en su camino, y esa extensa vía que lo conducía al recuerdo jamás tuviese un final.
*De ALDIMA. licaldima@yahoo.com.ar
Correo:
Fiestas*
Quisiera decirles algo nuevo, algo tan a punto de nacer como el año que nos está esperando. ¿Y si no puedo? porque es necesario ponerle al tiempo alguna señales reconocibles, brindis, burbujas, regalos besos, comidas, abrazos, deseos. ¿Y si lo nuevo no son los ingredientes y sí lo que hacemos con ellos?
¿Y si lo nuevo fuera la voz y la verdad con que les deseo un abrazo entre lo que está y lo por venir?
Un abrazo que cure las pequeñas heridas y abra la puerta
*Cristina Villanueva. libera@arnet.com.ar
Convocatoria*
El trilingüe Magazín Cultural Latinoamericano XICóATL "Estrella Errante" (impreso y digital), que desde hace 17 años se edita en Salzburgo, Austria, convoca a ensayistas, narradores y poetas a colaborar con el trabajo de difusión cultural que llevamos a cabo.
Las colaboraciones deben tener una extensión máxima 4 páginas para ensayo y cuento. Para poesía se ruega enviar una selección de poemas de un máximo de 10 páginas. Los escritos deben acompañarse de un breve curriculum vitae (que contenga la dirección postal) y una foto digital del escritor a la dirección euroyage@utanet.at
Los textos seleccionados serán traducidos al alemán y publicados de manera digital e impresa.
Más informaciones sobre nuestra labor cultural sin ánimo de lucro en Europa encontrarán en nuestra página de internet www.euroyage.com
Cordial saludo,
*Dr. Luis Alfredo Duarte-Herrera
Director de YAGE, Verein für lat. Kunst, Wissenschaft und Kultur.
www.euroyage.com
Schiessstattstr. 37 A-5020 Salzburg AUSTRIA
Tel: ++43 662 825067
InventivaSocial
"Un invento argentino que se utiliza para escribir"
Plaza virtual de escritura
Para compartir escritos dirigirse a : inventivasocial(arroba)yahoo.com.ar
-por favor enviar en texto sin formato dentro del cuerpo del mail-
Editor responsable: Lic. Eduardo Francisco Coiro.
Blog: http://inventivasocial.blogspot.com/
Edición Mensual de Inventiva.
Para recibir mes a mes esta edición gratuita como boletín despachado por Yahoo, enviar un correo en blanco a: inventivaedicionmensual-subscribe@gruposyahoo.com.ar
INVENTREN
Un viaje por vías y estaciones abandonadas de Argentina.
Para viajar gratuitamente enviar un mail en blanco a: inventren-subscribe@gruposyahoo.com.ar
Para visitar:
www.walkala.priv.at
http://incoiroencias.blogspot.com
http://www.metroflog.com/Lunanoconquistada
http://urbamanias.blogspot.com/
http://remontandosoles.blogspot.com/
http://zonamutante.blogspot.com/
http://www.metroflog.com/Exducere
Inventiva Social publica colaboraciones bajo un principio de intercambio: la libertad de escribir y leer a cambio de la libertad de publicar o no cada escrito. los escritos recibidos no tienen fecha cierta de publicación, y se editan bajo ejes temáticos creados por el editor.
Las opiniones firmadas son responsabilidad de los autores y su publicación en Inventiva Social no implica refrendar dichos, datos ni juicios de valor emitidos.
La protección de los derechos de autor, o resguardo del copyrigt de cada obra queda a cargo de cada autor. Inventiva solo recopila y edita para su difusión las colaboraciones literarias que cada autor desea compartir.
Inventiva Social no puede asegurar la originalidad ni autoria de obras recibidas.
Respuesta a preguntas frecuentes
Que es Inventiva Social ?
Una publicación virtual editada con cooperación de escritores y lectores.
Cuales son sus contenidos ?
Inventiva Social relaciona en ediciones cotidianas contenidos literarios y noticias que se publican en los medios de comunicación.
Cuales son los ejes de la propuesta?
Proponer el intercambio sensible desde la literatura.
Sostener la difusión de ideas para pensar sin manipulación.
Miro indiferente como arde el verano.
Estancadas, sus sacerdotisas, lijan caracoles peregrinos para la cena.
Duele todo el cuerpo al oeste de febrero, comenzó a doler de improviso mientras mordía un durazno y escuchaba la música de La Misión.
Ahora lo poseo pulverizado en todo el cuerpo, sabe a duraznos y arde como incendio, el fuego no alcanza a estas letras ni a la música que continúa peregrinando sobre mis venas, para desembocar, vaya a saber, en cuál de todos mis paraísos perdidos.
En cuál estuario de papel.
*de Diana Poblet. soydian@yahoo.com.ar
ES COMO UNA PIEDRA QUE SE CAE EN UN ESTANQUE...
*
sos distinta
soy distinto
prevalece en vos la mirada en mí
tu boca hace mi camino
tu abrazo calma mi calma
en mí no es polvaderal
ni mala sal
o mentira del barro
entonces
como si estuviéramos viendo el horizonte
abrazando estrellas
incomodamos nuestros orígenes
y despertamos en la palabra.
*de Ricardo Mastrizzo.
NOTICIA*
El Cuerpo de Policía y el Cuerpo General de Bomberos han iniciado una serie de reuniones con el fin de coordinar servicios y operativa. Ambas instituciones han recomendado que sus representantes sean gays con el fin de que haya una mejor integración entre los cuerpos.
*de Joan Mateu joan@cimat.es
Tardecita*
Profundo escarabajo
De esmalte turquesa
Eslabón del silencioso
Cielo que hace flotar
Las naves en el soleado río
Más allá de las nubes
Las estampas de pinturas
De la naturaleza
La inmensidad del aire
Respira en armonía
En las hortensias rosadas
Y violáceas
El abanico de un picaflor
Retumba en los mansos pétalos
De la tardecita.-
*de Azul. azulaki@hotmail.com
Martes, 9 de Diciembre de 2008
LITERATURA JUAN JOSE MANAUTA, EL ARTE DE ESCRIBIR Y SUS CONVICCIONES
"Yo aprendí todo sobre el marxismo leyendo a Gorki"*
"No sé si he dado por terminada mi profesión de escritor, pero no estoy escribiendo ahora", admite el autor de Las tierras blancas y Los degolladores, que revisa el modo en que el contexto de su infancia terminó influyendo en su escritura.
*Por Silvina Friera
El hombre que se asoma por el living de su casa en mangas de camisa es tan alto y fornido que, cuando invita a pasar a su escritorio, da la impresión de que su cabeza golpeará contra el marco de la puerta. Aunque es mediodía y todavía no almorzó, sobre el escritorio hay una copa de vino blanco por la
mitad. ¿Será el alcohol la fórmula secreta que lo mantiene tan aceitado física y mentalmente? "Menos mal que usted fuma", dice Juan José Manauta con ese gesto cómplice de quien no está dispuesto a aceptar una entrevista en su casa sin poder cumplir con el ritual de encender de tanto en tanto un
cigarrillo. Mientras se acomoda en su silla, el sol ilumina la frente dilatada del escritor y en el fondo de sus ojos brilla el niño que fue, ese gigante travieso que en Gualeguay, donde nació en 1919, jugaba al fútbol con "los descalzos" de los rancheríos. De pronto el atado desaparece entre sus manos anchas, y no es un truco de prestidigitador. Todo lo que toca este gran narrador invisibilizado por el mercado se desvanece ante la desmesura de sus dedos. Excepto las teclas de la vieja máquina de escribir, su
compañera Remington -aunque suene muy peronista- con la que escribió Las tierras blancas, novela publicada en 1956 que acaba de reeditarse en la colección Los Recobrados, que dirige Abelardo Castillo. "No sé si he dado por terminada mi profesión de escritor, pero no estoy escribiendo ahora. Me
rondan por la cabeza muchos asuntos que todavía no he trasladado al papel, pero no está excluido que vuelva a escribir", señala el escritor de voz cavernosa a Página/12.
Entre cigarrillos y lo que le queda del vino blanco, Manauta transitará el camino previo y posterior a la escritura de Las tierras blancas, considerada su obra capital, en la que refleja el drama del éxodo de los campesinos entrerrianos y cómo padecen el desarraigo de sus tierras, corridos por el latifundio y la miseria. Estructurada a partir del contrapunto entre Odiseo, el hijo, y su madre, durante un domingo de elecciones en esas tierras blancas, la novela es una "radiografía" del hambre que padecen esos seres
desamparados que a veces sólo toman mate. "Y yo, que miraba a Odiseo, dejé de mirarlo -dice la madre-, porque el hambre que sentía me obligaba, me ha obligado siempre que la padezco, a mirar hacia donde se habla de comer." Una frase de esta novela, filmada por Hugo del Carril en 1959, se ha transformado en cita obligada de la novelística argentina: "...Y otra vez el hambre. Otra vez el hambre, y es como decir: otra vez mañana, el atardecer, el mediodía".
En 1952 el escritor publicó Los aventados, novela que mereció una crítica "severísima" de Bernardo Verbitsky en Noticias Gráficas. "Me encontré con don Bernardo y le dije: 'Vea usted, me dio con un caño, pero me parece que es justo, que usted tiene razón'", cuenta Manauta. "El me criticaba el
esquematismo, el no haber cuidado el lenguaje, el hecho de haberme dejado llevar por la anécdota, que era tremenda, los campesinos desalojados de su tierra que arribaban a la ciudad y se encontraban con los problemas de la década del 50, dos familias en una misma pieza. Yo no atendí mucho al estilo, al cuidado del lenguaje. Esa crítica, aunque me dolió, me sirvió mucho para escribir Las tierras blancas, que está mucho mejor escrita, cuidada en su lenguaje y con una anécdota no menos dramática o relevante.
Cada vez que apretaba una tecla, me acordaba de Verbitsky. Me llevó escribirla sus buenos dos años. Y salió lo que salió."
-¿Cómo le fue dando forma a ese contrapunto entre Odiseo y la madre?
-Es una reminiscencia de John Dos Passos, en sus novelas hay esos contrapuntos. Yo había leído la trilogía de Dos Passos El gran dinero, 1919 y Paralelo 42, y traté de adoptar esa forma en mi novela. Por otro lado, siempre he tratado de exigirme la unidad de tiempo y de lugar, aunque no soy autor teatral. Pero prefiero que la cosa se desarrolle en un día, en un lugar, y que el asunto tenga coherencia. Tenía que seguir el itinerario del chico, Odiseo, desde la mañana hasta la noche, cuando llega a la casa
muerto. Ese día está engarzado con los recuerdos de su madre del pasado, el entorno, el marido. Ellos llegaron a ese lugar un domingo en que había elecciones y la novela de Odiseo y la madre también se desarrolla en un domingo electoral.
-¿Los personajes están inspirados en personas que usted conoció?
-Sí, sobre todo los chicos. Nací en una escuela; mi madre era directora de una escuela "infantil suburbana", así se llamaba, en Entre Ríos. Eran escuelas de alfabetización. Todos los días tenía en mi casa treinta o cuarenta chicos a la mañana y otro tanto a la tarde con los cuales convivía.
Eran chicos de las tierras blancas, del suburbio, a los que había que darles de comer. Esto no es de ahora, viene de lejos, había que darles de comer, guardapolvos y zapatillas, porque si no no iban a la escuela. En Entre Ríos se cumplía con rigidez la obligatoriedad de la enseñanza primaria, laica,
gratuita y obligatoria. Mi madre, que era directora de esa escuela, tenía una jurisdicción. Antes de que comenzara el año lectivo, se hacía un censo con los chicos en edad escolar. Desde que aprendí a caminar la acompañaba a mamá con una o dos maestras de la escuela para hacer el censo. Se censaba a los chicos del lugar y esos chicos tenían que ir sí o sí a la escuela. Era obligatorio, y mi mamá era muy enérgica con eso.
-¿Por qué cree que cuesta tanto abordar literariamente la pobreza?
-Gorki escribió sobre la pobreza y fue un gran maestro para mí. Un tío mío que era anarquista pronunció el nombre de Máximo Gorki y a mí me gustó la musicalidad, me pareció un verso latino. Fui a la biblioteca de Gualeguay y pregunté si había algún libro de Gorki. Y me trajeron La madre, que fue el
primer libro que leí en serio. Tendría tal vez quince años. Cuando terminé de leer la novela dije: "Yo quiero escribir como este tipo". Fue por Gorki que le perdí el miedo a la pobreza. Además yo vivía entre pobres. Los chicos que venían a la escuela eran todos pobres, algunos indigentes. A lo mejor si
hubiera vivido en otro barrio, si hubiera tenido otra condición social, le hubiera temido a la pobreza. Los chicos que vivíamos en el pueblo íbamos a jugar al fútbol con los chicos que vivían en ese rancherío de las tierras blancas. Ellos jugaban descalzos; nosotros teníamos zapatos de fútbol, medias, equipos. Muchas veces nos ganaban jugando descalzos. Recuerdo a uno de ellos, en algún cuento lo nombro, que era tan pobre que no tenía ni nombre. Se llamaba "el hijo de Juana", ¡yo nunca supe cómo se llamaba! De modo que he convivido con la pobreza, he estado metido en la pobreza, aunque mi familia no era pobre.
-¿Fue deliberado que la prosa de su novela fuera tan poética?
-Sí, la prosa, a mi entender, tiene que ser obligatoriamente poética. No puede ser una prosa chata, sin relieve, aunque tampoco hay que pasarse de rosca (risas).
-¿Cómo fue que un peronista como Hugo del Carril filmó la novela de un escritor comunista?
-Hugo del Carril era un peronista de izquierda, un hombre muy cercano al marxismo. El era del mejor peronismo, del peronismo proletario, de la clase baja. No nos llevábamos mal, no nos peleábamos. Era un hombre muy lúcido... y era peronista hasta por ahí nomás (sacude sus manazas), porque el peronismo no lo trató muy bien, incluso hasta estuvo preso.
-¿Le gustó cómo quedó la película?
-No, no me gustó. La adaptación la hizo Eduardo Borrás, el libretista de Hugo. Yo hice algunas objeciones porque la relación de la madre con el hijo estaba desvirtuada, no está reflejada en la película. El personaje de la madre en la película es casi inexistente, y en cambio tiene relevancia el
personaje del padre, que en la novela no aparece. Hugo tomó la parte social, el problema político y social, pero no el psicológico.
-A 52 años de la publicación de la novela, ¿qué lugar ocupa dentro de su obra?
-Soy mejor cuentista que novelista. Después de Las tierras blancas publiqué cinco libros de cuentos y ninguna novela más como la gente. Otras, como Papá José, no me gustan, en fin... Mayo del '69 es una novela urbana, todavía la respaldo y está por reeditarse por una modesta editorial, La Grieta, de La
Plata. Aunque no es una crónica sobre el Cordobazo, se inserta una crónica del Cordobazo dentro de la historia novelesca, o la historia novelesca se inserta en el momento del Cordobazo. Pero después me incliné hacia el cuento.
-¿Por qué se siente más cuentista? ¿Qué encuentra en el género?
-Porque se termina más rápido (risas). En el cuento todo tiene que girar alrededor de un punto. El cuento es como una piedra que se cae en un estanque y hace círculos concéntricos; todo lo que se desarrolla está referido al impacto. Y eso me atrajo más.
Aunque su voz suene ronca, producto de la mixtura del cigarrillo y el alcohol, nunca tose. Pero a veces carraspea, como si intentara sacarse algún recuerdo que le quedó atravesado en la garganta. Después de recibirse de maestro normal en la Escuela Normal de Gualeguay, en 1938 Manauta llegó a La Plata para estudiar la carrera de Letras. "Juan L. intervino a favor mío y le dijo a mi padre: 'Déjelo ir que es la mejor facultad del mundo'. Mi viejo y mi vieja no querían, '¿cómo se va a ganar la vida este chico?', decían. A Juan L. debo agradecerle su influencia para que mis padres me permitieran ir a La Plata a estudiar humanidades."
-¿Qué otras anécdotas recuerda con Juan L.?
-Juan L. se pagó sus primeras ediciones. Con una bicicleta vendía los libros para poder financiarlos porque no había editorial que se los publicara. En el almacén de mi viejo siempre había un montoncito de libros de Juan L. La gente iba a comprar yerba, azúcar, harina, y mi padre les ofrecía los libros de "un gran poeta". "¿Quién? ¿El loco ese que anda en la bicicleta?", le preguntaban a mi padre. Sí, ése (risas). Juan L. juntaba gatitos abandonados en los zanjones y buscaba quién los adoptara. Y de paso vendía sus libros.
-¿En la universidad se hizo marxista?
-No, me hice marxista después de leer La madre, antes de afiliarme al partido y de militar. Yo era un marxista ingenuo porque había aprendido el marxismo no leyendo El capital sino la novela de Gorki. En La Plata me afilié a la Federación Juvenil Comunista, y de adulto al partido. En La Plata me vinculé con los muchachos comunistas de la Fede y comencé a militar en unas instituciones que se llamaban "transformadas".
-¿Por qué se alejó del PC?
-Como muchos otros, me fui alejando del PC en los '60. El partido se había convertido en una federación de tontos, de sectarios que adherían incondicionalmente a la Unión Soviética, que fue una falsificación, una negación del marxismo. El partido se había transformado en una especie de secta, de mafia. Muchos de nosotros no podíamos romper con el marxismo porque éramos marxistas por convicción. Pero nos dimos cuenta de que el Partido Comunista no era marxista, era una falsificación del marxismo. Nos
sentimos mal, muy mal, nos quedamos sin partido, aunque el partido existía y tenía su local. Nos quedamos en el aire. Fue una experiencia fea que nunca me animé a encarar literariamente porque convertirme en un apóstata no me atraía... Además uno escribe mejor con el recuerdo que con la confrontación inmediata de las cosas. Yo creo que el recuerdo mejora las cosas.
-¿Cómo vivió el peronismo del '46 al '55?
-Pude convivir con el peronismo tranquilamente. Sabía entenderme con ellos.
El fenómeno peronista era un fenómeno popular, populista. También la revolución rusa tuvo sus populistas; había un movimiento populista que no era específicamente el comunista. He vivido en armonía con los amigos peronistas.
Se queda unos segundos callado, se lleva la mano izquierda a la frente, se la golpea tres veces, molesto por olvidarse los nombres de los "amigos peronistas" con los que vivió en armonía. "La memoria me juega una mala pasada ahora", se disculpa el escritor, que trabajó en una imprenta, en un aserradero, fue corrector de pruebas y periodista en el diario La hora, del PC. "Siempre escribí en los días de descanso, los sábados y domingos, o en las vacaciones, porque en la semana tenía que trabajar. Yo fui escritor de
sábado y domingo obligatoriamente, no había otra posibilidad. Nunca gané nada con la literatura, ni siquiera con la película; recibí algunos mangos por los derechos, pero por derechos de autor, miserias. Nadie vive de los derechos de autor, salvo los best seller como Paulo Coelho", subraya Manauta. Tiene un libro de poemas inédito, Entre dos ríos, una descripción poética de la provincia, que publicará cuando alguien quiera o cuando pueda pagarse la edición. "Una edición de poesía pagaría, pero por cuentos y
novelas no", aclara el escritor, que el próximo domingo cumplirá 89 años.
"Voy a hacer un gran baile y la voy a invitar", promete Manauta.
-¿Cuál es el secreto para estar tan bien?
-Fumar un atado y medio de cigarrillos por día, tomar dos botellas de vino, una al mediodía, otra durante la cena, y trasnochar. Nunca me acuesto antes de las 3 de la mañana. Llevo una vida muy sana (risas). Los mendocinos me deberían dar un subsidio (más risas). No me avergüenza beber, pero no soy un borracho. Soy de esos tipos que cuando se enferman, se mueren. Así que espero no enfermarme pronto, aunque haber vivido 88 años es un abuso de vida.
La ficha
Juan José Manauta nació en Gualeguay, en la provincia de Entre Ríos, el 14 de diciembre de 1919. Profesor en Letras egresado de la Universidad de La Plata, nunca ejerció la docencia como profesión académica. Es autor de las novelas Los aventados, Las tierras blancas, Papá José y Mayo del '69; de los
libros de relatos Cuentos para la Dueña Dolorida, Los degolladores, Disparos en la calle, Colina de octubre y El llevador de almas y otros cuentos; del libro de poesía La mujer en silencio; y el guión de cine Río abajo. Recibió el Premio del Fondo Nacional de las Artes (1961), el Premio Municipal de la
Ciudad de Buenos Aires (1985) y el premio Fray Mocho.
Suprimir la explotación
¿Qué significa ser marxista hoy después de todas las "falsificaciones" que vivió el marxismo en este siglo?
-Ser marxista hoy es creer en la justicia, en la igualdad, en la fraternidad. Creo que el marxismo de Marx, valga la redundancia, es una continuidad de la Revolución Francesa. Sería la realización de los ideales de la Revolución Francesa, aunque en apariencia a veces eso se niegue. El marxismo hoy sería la forma más humana de convivir, suprimiendo la explotación del hombre por el hombre. En tanto y en cuanto el hombre explote al hombre, el marxismo tendrá vigencia. Y luego la tendrá en la sociedad sin
clases del futuro, en la que no habrá explotación. Pero quizá ya no viva para verlo.
*Fuente: Página/12
http://www.pagina12.com.ar/diario/suplementos/espectaculos/4-12238-2008-12-09.html
*
Sólo el poeta
puede ver huella esperanzada
y sustantivos en el verbo
es alma que denuncia ama y declama
en la ardua misión
de pintar
dolor y labor en la mirada.
*De Ana analia_gattasz@speedy.com.ar
La Plata: impulsan la creación de un tren para estudiantes universitarios*
El proyecto contempla que la formación conecte la estación ferroviaria con varias sedes
*Por Pablo Morosi
Corresponsal de LA NACION en La Plata
LA PLATA.- La Universidad Nacional de La Plata (UNLP) y la Municipalidad local impulsan un proyecto para crear un tren que una la estación ferroviaria local con las sedes de varias facultades y que sirva, en principio, para movilizar a más de 40 mil estudiantes universitarios.
El primer gran impulso a la iniciativa se concretará hoy, con la firma de un convenio enre el presidente de la UNLP, Gustavo Aspiazu; el intendente, Pablo Bruera; y el titular de la Comisión Nacional de Regulación del Transporte (CNRT), Eduardo Sícaro.
El denominado "tren del bosque", será un transporte de baja velocidad, de dimensiones similares a las de un ómnibus urbano, con capacidad para unos 60 y 80 pasajeros y autopropulsado con un motor diesel. Será compatible con el tránsito urbano y que en su recorrido tendrá paradas en, al menos, cuatro
facultades ubicadas en la zona del bosque platense explicó el prosecretario de Extensión de la UNLP, Diego Delucchi según quien, la idea apunta a "fortalecer las políticas de bienestar estudiantil y atender las crecientes demandas de movilidad de estudiantes universitarios". Delucchi aclaró que si bien por las características del recorrido se habla de un tren universitario, el transporte también podrá ser utilizado por el resto de la comunidad.
En tal sentido, la intendencia se propone usar la experiencia como una prueba piloto y luego extenderla hacia otras zonas de la periferia de la ciudad, según comentó a La Nacion.com el secretario de Gobierno del municipio platense, Daniel Navas que adelantó que también se intenta sumar al plan al Ministerio de Infraestructura, Vivienda y Servicios Públicos de la provincia.
El convenio que se firmará hoy permitirá la realización de estudios técnicos, urbanísticos y de demanda, además de un relevamiento del estado del tendido y de la forma de administración del proyecto.
En forma paralela, la Facultad de Ingeniería trabaja en el diseño de un vehículo ecológico impulsado a electricidad con la intención de que sea el prototipo a utilizar en forma definitiva.
Según explicó Navas existen estudios previos que reconocen la viabilidad para instalar un sistema ferroviario liviano urbano, aprovechando el tendido de vías en desuso existente en la zona. El proyecto originado en la UNLP prevé un recorrido de 4,5 kilómetros desde la Estación de trenes de 1 y 44
hasta el Policlínico San Martín, en calle 1 y 72. Cubrir el trayecto, que abarca el área de influencia de nueve facultades y un laboratorio de investigaciones, demandará unos 30 minutos.
Se estima que el tren tendrá un impacto en el desarrollo del turismo recreativo, cultural y científico en la zona y servirá para revalorizar el Paseo de Bosque, ya que permitirá acceder al Museo de Ciencias Naturales, el observatorio astronómico y al zoológico local.
En cuanto a los costos del emprendimiento, los funcionarios pretenden minimizarlo lo máximo posible ya que aspiran a conseguir material rodante en desuso que podría ser provisto por el Gobierno Nacional, según confiaron fuentes de la comuna. También se debe conseguir la autorización de la secretaría de Transporte de la Nación para la utilización de la vía.
No obstante, desde la UNLP son optimistas y aseguran que el tren del bosque estará rodando durante 2009.
*Fuente: La Nación.
http://www.lanacion.com.ar/nota.asp?nota_id=1079592&pid=5508069&toi=6269
*
"El amor es un tren que parte, un pañuelo saludando desde el andén, una lágrima que rueda buscando asirse al recuerdo, imborrable y eterno".
¿Dónde había leído aquella frase? ¿A quién se la había escuchado decir? ¿La habría imaginado? ¿Estaría escribiendo en el aire? ¿Cuántas cosas puede uno llegar a inventar cuando lo domina el dolor, cuando la única vía de escape hacia alguna de las formas del placer es la propia imaginación?
Quizá, lo sea también un vagón de tren, una locomotora desbocada, un par de rieles que se pierden en el horizonte.
Subió los peldaños del vagón con el peso de su propio desamor sobre los hombros. Se sentía vacío, como si le faltara algo dentro del pecho, eso que hasta no hace mucho le otorgaba consistencia a su propia persona. Y al mismo tiempo, estaba desbordante de recuerdos. Extraña sensación la de la pérdida, pensó: te llena la cabeza de virtualidades, al tiempo que te vacía de materialidades…
Eludió a los pasajeros que se demoraban en el descanso, fumándose un pucho en un lugar prohibido, para encarar el pasillo y deambular apenas hasta encontrar un asiento vacío donde apoltronarse. Se recostó contra la ventanilla cerrada, cerrándose aún más el abrigo sobre el pecho, como si el frío interior le brotara por los poros, estremeciéndole con un escalofrío.
Un silbato se oyó en la tarde, el suelo del vagón crujió bajo sus pies, y la formación comenzó a moverse, como se movían las hojas de los árboles que circundaban el andén, retrocediendo dentro de su campo visual. Oyó el retumbar de la locomotora dándose ánimos para continuar viaje, y se abandonó a sus –cíclicos- erráticos pensamientos.
¿Cómo seguir viaje desde ahora? El asiento que quedara vacío a su lado era algo mucho más concreto que cualquier símbolo que pudiese representar su actual estado de ánimo. Vacío de materialidades, vacío de cuerpos, vacío de afectos, vacío… Eterno y creciente dolor.
De pronto, descubrió que ya no recordaba ni su rostro. Sentía la ausencia de su figura, su perfume, su calor. Pero no podía recordar sus facciones. Su cabello, quizás, oscuro y lacio; más no sus rasgos. ¿Cómo era posible? ¿Estaría acaso comenzando a olvidarla? Lo dudaba; si así lo fuera, no sentiría este frío que le ascendía por el cuerpo como gélidas rachas de viento invernal. No: aún la recordaba, intensamente; este olvido sólo era otro ejemplo más de la constante presencia de su ausencia.
Clara… Su nombre apareció en su memoria como un oasis en el desierto. Nombrarla, musitar ese familiar par de sílabas con un silencioso murmullo, no le hizo recordar aquel rostro que tantas veces contemplara extasiado, pero le abrió una puerta. Allí, hecho un ovillo contra la ventanilla del vagón, se abrió delante suyo un acceso hasta entonces velado por el dolor. Ingresó de pronto en un pasadizo mental que velozmente lo condujo hacia terrenos inaccesibles para él durante mucho tiempo; terrenos anímicos que le parecían demasiado extraños, como si le perteneciesen a otra persona.
El paisaje se desplazaba hacia atrás, oscilando con el rítmico vaivén del tren; y por encima de él, emergiendo con una misteriosa luminosidad, apareció ella. Clara, recortada contra el marco de la ventanilla, como un tierno fantasma que quisiese penetrar en el vagón y sentarse a su lado, haciéndole compañía en este sombrío momento. Clara, extendiendo sus manos con ramalazos de un calor pleno de ternura, deseosa de ahuyentar para siempre esta devastadora languidez que le enturbiaba los afectos.
Su rostro se acercó al suyo, y aunque percibía el aroma de su piel, aún no conseguía discernir sus rasgos. Podría ser ella, u otra cualquiera. Pero era Clara, no había ninguna duda. Su corazón se lo afirmaba, más que su razón. ¿Razón? ¿Existía alguna clase de racionalidad en este momento dentro suyo? Su mano derecha se aferró aún más a las solapas del abrigo, queriendo asirla, retenerla, abrazarla…
El calor se extendió por debajo de sus axilas, rodeando su cuerpo, mientras una boca respiraba ansiosa sobre su cuello. La calidez se desplazó hasta rodear sus muslos, mientras una leve pero creciente excitación comenzaba a dominarlo. El frío que sintiera hasta entonces parecía haberse extinguido. Clara volvía a abrazarlo, a quererlo, a darle más de su calor…
Entreabrió la boca, buscando robarle un beso. Sus labios se encontraron con cierta torpeza, intercambiando sabrosas humedades que ya parecían no recordarse. Su mano quiso desplazarse, pero sólo consiguió aferrar apenas el hombro izquierdo, entrecerrando los párpados, mientras un brazo virtual, luminoso y protector, se desplazaba sobre la brillante piel de la espalda de Clara, y su boca se deshacía del encuentro labial para recorrerle un hombro, inhalando ese perfume que tanto deseara y lo embriagara durante días, semanas, meses…
Entonces descubrió, apenas registrando el escaso contacto que tenía con la realidad que lo circundaba, que el duro asiento del vagón había dado lugar a un mullido sillón de pana, iluminado por una tibia lámpara de pie, que le recordaba una agradable y soleada tarde de otoño. Clara se movía sobre sus muslos, sin dejar de adherirse contra su cuerpo, con una indescriptible desnudez. Los besos recorrían infinitas distancias, procedentes de un ayer tan maleable que muy pronto se convertía en este presente, reactualizado, vívido, inmortal…
Los brazos de él la aferraron vigorosos, rodeándole la espalda y la cintura, impidiendo que se aleje, provocando que ambas caderas se refregaran entre sí, aumentando el imaginable caudal de excitación. Clara gemía sobre su oído, suspiraba entrecortada, le mordisqueaba el lóbulo de la oreja, al desplazar sus tibias manos por encima de sus tetillas, rozándolas apenas con sus pezones al izarse y dejarse caer, volviendo a besarlo, hundiéndole la lengua, cerrando ambas piernas para apretarlo cada vez más.
La excitación de él cobraba vigor muy rápidamente, como hacía mucho tiempo no experimentaba. El frío lo había abandonado. Volvía a sentirse amado, deseado, efecto que retribuía con ardor, mientras el traqueteo del tren lo mecía a un lado y al otro, potenciando el vaivén amoroso que le imprimía Clara con sus ondulantes arqueos, sinuosos movimientos que alejaban de sí toda realidad.
Hasta que ya no pudo resistirse más y se dejó ir, liberando sus recuerdos, abriendo los brazos para recibirla y entregarle su savia, permitiendo un encuentro tantas veces negado, compartiendo ese calor inenarrable que siempre deseara retener junto a su corazón. Y así la recordó, sus rasgos afilados, los ojos claros, una nariz recta que prevalecía sobre unos labios pequeños pero carnosos, las cejas oscuras y tupidas, la tensa expresión orgásmica de un intenso amor que por siempre existiría dentro suyo…
Recordó la liviandad con que encaraba la vida al estar junto a ella, la etérea sensación de volar sobre las calles y las playas durante los extensos paseos que disfrutaran juntos, la trascendencia de cada detalle hecho signo, el calor que le transmitiera su mirada durante tanto tiempo, la consistencia de un vínculo que le otorgaba solidez e impedía que se desmembrara en su propia confusión. Comprendió el estatuto que había adquirido el peso de la propia angustia al estar alejado de ella, el horror que experimentara cada noche que se acostara a solas en una cama absurdamente vacía, con la noche por delante y el sueño resistente a abrazarlo, para conducirlo dentro de ese mágico espacio que creaba cada noche para reencontrarlo con su deseo. Supo que, al convertirse el amor en algo tan leve y el desamor en algo tan pesado, aquello podía conducirlo a una locura tan adherente que jamás conseguiría apartarse de ella, al menos mientras viviera, cargando con aquel dolor hasta el final de sus días. Y el calor que recordara sobre este preciso vagón de tren sólo sería un vano espejismo de los momentos idos, insustancial y evanescente.
Se resistió a recordar más, a enfrentarse con el dolor, a tolerar la realidad. La creciente sensación cobró una entidad casi física a lo largo de todo su cuerpo. Entonces se dejó ir, llevado en brazos por un orgasmo de raíces tanto físicas como mentales, arropado por una tibieza solar que provenía de sus profundidades anímicas más entrañables, abrazando a su propia Clara en un instante amoroso que él hubiera deseado no se acabase nunca…
Así, mientras continuaba alejándose del dolor de la ausencia, se dejó llevar por el traqueteo hasta la próxima estación, rogando porque siempre existiese una estación más en su camino, y esa extensa vía que lo conducía al recuerdo jamás tuviese un final.
*De ALDIMA. licaldima@yahoo.com.ar
Correo:
Fiestas*
Quisiera decirles algo nuevo, algo tan a punto de nacer como el año que nos está esperando. ¿Y si no puedo? porque es necesario ponerle al tiempo alguna señales reconocibles, brindis, burbujas, regalos besos, comidas, abrazos, deseos. ¿Y si lo nuevo no son los ingredientes y sí lo que hacemos con ellos?
¿Y si lo nuevo fuera la voz y la verdad con que les deseo un abrazo entre lo que está y lo por venir?
Un abrazo que cure las pequeñas heridas y abra la puerta
*Cristina Villanueva. libera@arnet.com.ar
Convocatoria*
El trilingüe Magazín Cultural Latinoamericano XICóATL "Estrella Errante" (impreso y digital), que desde hace 17 años se edita en Salzburgo, Austria, convoca a ensayistas, narradores y poetas a colaborar con el trabajo de difusión cultural que llevamos a cabo.
Las colaboraciones deben tener una extensión máxima 4 páginas para ensayo y cuento. Para poesía se ruega enviar una selección de poemas de un máximo de 10 páginas. Los escritos deben acompañarse de un breve curriculum vitae (que contenga la dirección postal) y una foto digital del escritor a la dirección euroyage@utanet.at
Los textos seleccionados serán traducidos al alemán y publicados de manera digital e impresa.
Más informaciones sobre nuestra labor cultural sin ánimo de lucro en Europa encontrarán en nuestra página de internet www.euroyage.com
Cordial saludo,
*Dr. Luis Alfredo Duarte-Herrera
Director de YAGE, Verein für lat. Kunst, Wissenschaft und Kultur.
www.euroyage.com
Schiessstattstr. 37 A-5020 Salzburg AUSTRIA
Tel: ++43 662 825067
InventivaSocial
"Un invento argentino que se utiliza para escribir"
Plaza virtual de escritura
Para compartir escritos dirigirse a : inventivasocial(arroba)yahoo.com.ar
-por favor enviar en texto sin formato dentro del cuerpo del mail-
Editor responsable: Lic. Eduardo Francisco Coiro.
Blog: http://inventivasocial.blogspot.com/
Edición Mensual de Inventiva.
Para recibir mes a mes esta edición gratuita como boletín despachado por Yahoo, enviar un correo en blanco a: inventivaedicionmensual-subscribe@gruposyahoo.com.ar
INVENTREN
Un viaje por vías y estaciones abandonadas de Argentina.
Para viajar gratuitamente enviar un mail en blanco a: inventren-subscribe@gruposyahoo.com.ar
Para visitar:
www.walkala.priv.at
http://incoiroencias.blogspot.com
http://www.metroflog.com/Lunanoconquistada
http://urbamanias.blogspot.com/
http://remontandosoles.blogspot.com/
http://zonamutante.blogspot.com/
http://www.metroflog.com/Exducere
Inventiva Social publica colaboraciones bajo un principio de intercambio: la libertad de escribir y leer a cambio de la libertad de publicar o no cada escrito. los escritos recibidos no tienen fecha cierta de publicación, y se editan bajo ejes temáticos creados por el editor.
Las opiniones firmadas son responsabilidad de los autores y su publicación en Inventiva Social no implica refrendar dichos, datos ni juicios de valor emitidos.
La protección de los derechos de autor, o resguardo del copyrigt de cada obra queda a cargo de cada autor. Inventiva solo recopila y edita para su difusión las colaboraciones literarias que cada autor desea compartir.
Inventiva Social no puede asegurar la originalidad ni autoria de obras recibidas.
Respuesta a preguntas frecuentes
Que es Inventiva Social ?
Una publicación virtual editada con cooperación de escritores y lectores.
Cuales son sus contenidos ?
Inventiva Social relaciona en ediciones cotidianas contenidos literarios y noticias que se publican en los medios de comunicación.
Cuales son los ejes de la propuesta?
Proponer el intercambio sensible desde la literatura.
Sostener la difusión de ideas para pensar sin manipulación.
Comments